Un negocio que cambia de piel

El Día
-

Curtidos Domínguez ha evolucionado para ofrecer las mejores marcas en artículos de viaje, regalos y complementos

Cristina Domínguez lleva desde 1997 al frente de Curtidos Domínguez. - Foto: Ingrid

Curtidos Domínguez ha mudado su piel. Primero fue Curtidos Eulogio Pastor y, en la guerra, se convirtió en Curtidos Ibáñez, nombre con el que pasó a la historia del comercio logroñés aunque al frente del mismo se encontrasen los hermanos, Julián y Vicente, Domínguez. Desde

1997, la logroñesa Cristina Domínguez encarna la cuarta generación al frente de este histórico local ubicado en Capitán Gallarza, 6. Ha mudado el nombre pero no el compromiso con la «calidad».

Así, en esta centenaria historia Curtidos Domínguez ha pasado de vender las mejores pieles para los guarniceros y zapateros riojanos, y de las regiones vecinas, a ofrecer exclusivos artículos de viaje y complementos.

Entre sus estantes se pueden encontrar maletas de primeras marcas (Samsonite, American Tourister o Delsey), carros de compra (Play), paraguas con cinco años de garantía (Doppler, Knirps,...), mochilas y bolsos de viajes (Piquadro, Hedgren o Picard, marca que distribuyen

en exclusiva), pero también artículos de regalo y la mejor marroquinería.

Todo ello, en pleno Casco Antiguo logroñés. «Es un privilegio estar en la zona que estamos», recuerda Cristina, consciente de que Curtidos Domínguez, generación tras generación, es sinónimo de «compromiso con la calidad».