No es fácil llevar treinta y cinco años en activo y mucho más difícil es, con solo 24 años, en la flor de la vida valga el juego de palabras, abrir tu propio negocio. Es lo que hizo Mila San Miguel Pérez (Logroño, 1964) un 22 de noviembre de 1988. Hija de comerciantes, asimiló el magisterio comercial de su madre -sus padres tuvieron puesto en San Blas y Corregidor donde vendían los productos de la huerta que cultivaban en lo que ahora es el nuevo Las Gaunas y, tras pasar por la Escuela Española de Arte Floral, dio el paso al frente con la apertura de Floristería Iris. Treinta y cinco noviembres después, Iris es una institución de Vara de Rey.
Adornar las casas con centros forales o regalar flores no pasa de moda aunque, a su pesar, las floristerías reciben muchos encargos asociados a eventos más luctuosos. Pero cualquier momento es bueno para poner un toque de color, y olor, gracias a una actividad inmarcesible.
Floristería Iris se prepara para San Valentín, un 14 de febrero ideal para «la flor cortada». La «rosa roja» es el regalo que no puede faltar en el Día de los Enamorados. Y, después, llega marzo y abril, idóneo «para las plantas de exterior», anticipo de una Semana Santa, festividad
religiosa muy importante para el gremio. Mayo, el mes de María, de las flores y de las comuniones es, por supuesto, también «el mes del Día de la Madre», mientras que el 11 de junio tiene lugar San Bernabé, santo al que honramos con ofrendas florales. Julio, agosto y septiembre «son los meses de las bodas» y, para los logroñeses, «también de ofrendas, como la de la Peña Aster, por San Mateo». Octubre, «mes más tranquilo», sirve como preludio al 1 de noviembre, Todos los Santos, uno de los días de más trajín para Floristería Iris. Diciembre, lejos de ser tranquilo, es el mes de la Flor de Pascua, asociada a las celebraciones navideñas.
Las flores de Iris, durante todo el año, siguen arreglando el ánimo.