Cuando en una única habitación conviven más de una persona, se produce hacinamiento. Se consideran, además, hogares con hacinamiento crítico los que acogen a más de tres personas por habitación, excluidos la cocina y el baño, según el Instituto Nacional de Salud. Si ya cuesta imaginarse a dos personas con un único espacio habitable, intenten ahora imaginar a cinco personas viviendo en una sola habitación. Así viven Aroa y su familia.
Aroa, su marido y sus tres hijos -de diez, siete y tres años-, hacen toda su vida en una sola habitación cedida en el piso de su cuñado, por la cual paga aproximadamente 300 euros al mes en concepto de gastos. «Nos cabe justamente una cama y una litera de 70 centímetros», cuenta Aroa, «yo he tenido que estar meses durmiendo en la cuna con mi hija y mis hijos con su padre, tuve que encargar unas literas a medida porque no cabía ni la de 80 centímetros, a mi hijo hasta se le salen los pies», lamenta Aroa.
Adaptar la habitación para dormir no es el único de los problemas, y es que en este espacio tienen que apañarse para almacenar las pertenencias de dos adultos, dos niños y un bebé, así como tratar de encontrar lugares aptos para que los niños estudien o puedan jugar, «tenemos la ropa de cinco en una habitación pequeñísima, las sábanas, el carrito del bebé casi no cabe... mis hijos tienen que hacer los deberes en la litera y para que puedan jugar tengo que salir a la calle, es una situación muy triste».
Situación en la que llevan viviendo durante años, y son ya cuatro los que han pasado desde que solicitaron por primera vez al Instituto de la Vivienda de La Rioja (IRVI) una vivienda de alquiler social, «yo solamente estoy pidiendo una vivienda digna, no quiero nada regalado, solamente algo que pueda pagar, que para esoson esas viviendas, para personas que lo necesitan, y yo creo que lo necesito.».
Aroa cobra 860 euros de renta de ciudadanía y eso, junto a lo que su marido gana trabajando en el mercadillo, son los ingresos que llegan a esta familia. Sin embargo, no son suficientes para poder optar a un vivienda adecuada, «me dicen que priorizan a personas empleadas, entonces ya no están priorizando a personas vulnerables o con menores a cargo, están priorizando a personas con trabajo».
Optar a alquileres de particulares tampoco es una opción, y es que los requisitos para acceder a este tipo de arrendamientos son mucho más exigentes, «yo tengo la renta de ciudadanía pero con eso nadie te alquila nada, lo he intentado por todos los sitios pero en el momento en que enseño lo que cobro directamente ni me contestan».
Aunque su situación, lamenta, «cada día se me hace más cuesta arriba», no hay día que pase que no insista por una vivienda digna para su familia, «no tengo otra alternativa, si no es de alquiler social no puedo pagar un piso, y mis hijos no se merecen esto, se merecen tener una cama, un espacio, un hogar».