«Belorado nos ha pedido disculpas»

R. Muro
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La madre superiora de las Clarisas de Arnedo llamó a su homóloga en el municipio burgalés tras el comunicado en el que citaba al convento de riojano como ejemplo del lío inmobiliario de la Iglesia. «Admitió que fue un error»

Sor Valvanera Cordón, madre superiora de la comunidad de Clarisas de Arnedo. - Foto: Óscar Solorzano

Las vibraciones del terremoto suscitado tras el cisma hecho público por las Clarisas de la localidad burgalesa de Belorado han llegado hasta Arnedo, y en concreto, han hecho temblar los cimientos del convento de Santa Clara del municipio riojabajeño, al menos por el ruido. En la misiva, la madre superiora de Belorado citaba textualmente al convento riojano como un ejemplo más del controvertido lío inmobiliario que ha desatado su ruptura con el Papa y su alianza con un sacerdote excomulgado, Pablo de Rojas Sánchez-Franco, al que se sitúa como líder de Pía Unión Sancti Pauli Apostoli, al margen de la comunión con Roma y según algunas expertos, muy próximo al concepto de secta.

En las Clarisas de Arnedo también se juegan los ingresos procedentes de la venta del convento de la comunidad religiosa de Gernika junto a la iglesia y el terreno posterior. Propiedades para las que ya se ha rubricado un acuerdo de compra venta con el Gobierno vasco con el objetivo de emplazar allí el futuro museo de la Paz. 

Parte de esa venta, según los estatutos de la comunidad religiosa, debería alumbrar al convento de Arnedo ya que 7 de sus 16 monjas llegaron a la localidad riojana procedentes de Gernika hace un año, aunque una ha fallecido en este tiempo. «La propiedad pertenece a sus religiosas porque es su casa», señala sor Valvanera Cordón, madre superiora de la comunidad de Arnedo.

Cuando sor Valvanera tuvo conocimiento del comunicado emitido por su homóloga en Belorado «la llamé para ver porqué citaba a Arnedo y le dije que se equivocaba. Pidió disculpas y admitió su error», indica entre evidentes signos de un perdón que le ofrece sin concesiones. «Tenemos relación desde hace años, cuando en ambos conventos hacíamos trabajos de cosido de calzado», apunta con la seguridad de que la venta del convento de Gernika dejará en las Clarisas de Arnedo la parte promorcional correspondiente a las monjas que desde allí llegaron. «Otras se fueron a Salvatierra», matiza. 

Así las cosas, a finales del pasado mes de abril el Gobierno vasco, con el lehendakari Iñigo Urkullo a la cabeza, anunciaba el acuerdo para la adquisición del convento, la iglesia y un terreno adyacente en Gernika. Un acuerdo alcanzado con la diócesis de Vizcaya y en presencia de sor Begoña, última priora del convento hasta su cierre hace ahora un año.

En el convento de Santa Clara de Arnedo no albergan dudas sobre el destino del dinero de la venta. La parte correspondiente al número de religiosas que eligieron La Rioja, llegará a la comunidad, «así lo pone en nuestra Constitución», argumenta sor Valvanera sin perder en momento alguno una sonrisa contagiosa y sincera. En cualquier caso, todo está «en manos de nuestro asesor», concluye. 

«Es un ejemplo de que el demonio merodea por todas partes»

Sor Valvanera solo encuentra una explicación, o al menos eso es lo que expresa, a la escisión anunciada por el convento de Belorado, su renuncia al Papa y su declaración de fidelidad a los pasos de Pablo de Rojas Sánchez-Franco y su llamada Pía Unión Sancti Pauli Apostoli. «Está claro que el demonio merodea por todas partes», señala sor Valvanera. Relata, con un fondo adornado con sus variadas y reconocidas pastas, que su homóloga en el convento de la localidad burgalesa le contó que el sacerdote excomulgado en 2019 «les había ayudado mucho» y de ahí que se sumaran a su doctrina. Sor Valvanera sonríe y exhibe su perdón. «Hace falta más Dios».