Dos clarisas más en Nájera

R. Muro
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El cierre de la iglesia monasterio de Nuestra Señora de los Ángeles de Arizkun (Navarra) suma dos religiosas a la comunidad de la localidad riojana. El convento del Valle del Baztan se pondrá también a la venta

Dos clarisas más en Nájera - Foto: Óscar Solorzano

La convulsa semana que ha vivido la comunidad de las Clarisas  tras la decisión del convento burgalés de Belorado de renunciar a la Iglesia, al Papa y prometer fidelidad a una sacerdote excomulgado más próximo al concepto de secta que de religión, marca un punto y seguido en Navarra.. En concreto, el  imponente y majestuoso monasterio de Nuestra Señora de los Ángeles de Arizkun cierra sus puertas y sus siete religiosas emigran, o han emigrado ya, a conventos de Navarra, Huesca y La Rioja.

De hecho, el monasterio de Santa Elena de la localidad riojana de Nájera ya ha dado la bienvenida a dos de las siete monjas que residían en Arizkun tras la decisión, como confirma su abadesa sor Josefa, de poner a la venta el convento navarro. Hasta Nájera han llegado «dos monjas ya mayores», relata ajena a toda polémica con sus exhermanas de Belorado.

Las tildadas de clarisas herejes mantienen su pulso de la mano de Pablo de Rojas, excomulgado por  Mario Iceta en 2019, cuando era Obispo de Bilbao, ahora arzobispo de Burgos. Todo ello por un lío inmobiliario con la venta, o no, del convento de Orduña, que las propias religiosas se han empeñado en reiteradas ocasiones en negar. El 13 de mayo emitieron un comunicado anunciado su renuncia al Papa, su escisión de la Iglesia y ponían como ejemplo de lo que ocurría en el seno de la comunidad, al convento riojano de Santa Clara de Arnedo y la compra venta del convento de Gernika. De allí partieron hacia la ciudad del calzado siete hermanas, otras buscaron destino en Salvatierra.

En el trasfondo del polémico asunto, en Belorado sembraban las dudas sobre el destino del dinero de la venta del convento vizcaíno a manos del Gobierno vasco. Sin embargo, la incertidumbre fue cortada de raíz por la propia sor Valvanera, quien sin dudar, telefoneó a la abadesa burgalesa para comunicarle su error. Ésta pidió disculpas, eso sí, sin emitir comunicado alguno que ofreciera una visión pública de la notoria equivocación.

Estatutos. La propia Diócesis de Bilbao aseguró que el acuerdo se formuló con las Clarisas y el dinero de la venta del convento, de la iglesia y del terreno adyacente de Gernika, era para las propias Clarisas. Y sor Valvanera lo tenía meridianamente claro. Entre sonrisas, ni un ápice de preocupación. Todo ello fue sellado por ambas partes el 26 de abril de este mismo ejercicio bajo el nada desdeñable precio de 3,6 millones de euros con destino a la Orden religiosa.

Ni un mes después de tan sonado lío, en Navarra se ponen manos a la obra, que no a la Obra, y con la amenaza de la edad de sus ya antiguas moradoras, y la falta de vocaciones, deciden cerrar otro majestuoso convento. 

Hay que tener en cuenta en todo este entramado, la definición de propiedad que aportó la pasada semana la madre superiora de Arnedo. Sor Valvanera señalaba, humilde pero segura, que «el convento de Gernika pertenecía a las hermanas, ha sido su casa». Y así lo reflejan los estatutos de las contemplativas monjas Clarisas. 

El imponente monasterio navarro de Arizkun cerrará definitivamente en un plazo aproximado de un mes. No ha trascendido su precio de salida, pero sí la intención de ponerlo en el mercado. Un goloso complejo eclesiástico al alcance de muy pocos.