Olé por La Manzanera

Bruno Calleja Escalona
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Desde antaño, lo taurino estuvo muy ligado a los sanmateos. Por la vieja plaza de La Manzanera, con su singular estilo neomudéjar, pasaron toreros de postín y hasta el mismísimo Hemingway

Público congregado en la puerta principal de La Manzanera antes de una corrida. En el lugar donde se erigía el viejo coso, los bloques de viviendas la recuerdan con su forma redonda. - Foto: Archivo Histórico Provincial

Los actuales festejos de San Mateo son uno de los reflejos festivos más antiguos de Logroño, herederos de unas ferias de ganado. La celebración de fiestas relacionadas con San Mateo aparece ya documentada en 1352. Sus fechas, a finales de septiembre, eran similares a las actuales. En esa primera mención se cita la suelta de un toro de lidia. Este tipo de actos taurinos tenía lugar en el Coso, espacio ocupado por la actual plaza homónima. No será hasta el siglo XIX cuando se construya un recinto taurino. Tras unos antecedentes previos, el 5 de octubre de 1863 se inauguró la Plaza de la Victoria, situada en el cruce de las actuales Duquesa de la Victoria y Avenida de Colón, mencionada y representada ya en el Plan de Alineaciones Urbanas, del arquitecto Maximiano Hijón.

Sin embargo, esta plaza no alcanzará más de medio siglo, pues en 1914 fue víctima de un incendio que la destruyó por completo, dado que su estructura era de madera. En ese momento, Logroño se planteó edificar un nuevo coso que estuviera listo para las siguientes fiestas mateas. Ese fue el origen de la nueva plaza de la Manzanera, cuyas obras comenzaron el 6 de mayo de 1915, para ser inaugurada el día de San Mateo de ese año. Gracias a las nuevas técnicas de construcción, los plazos se cumplieron tras 104 días de trabajo.

El arquitecto Fermín Álamo la proyectó en estilo neomudéjar, con una puerta monumental en la fachada de la calle Doce Ligero. La nueva plaza tenía enfermería, palcos, despachos y un reloj mecánico que era puesto en hora antes de cada corrida y que, durante el siglo XX, fue mantenido por el relojero Carrillo. Tras su inauguración, acogió numerosas corridas de destacadas figuras del toreo.

En la Guerra Civil, La Manzanera sirvió de cárcel. Dentro, los presos dibujaron un mapa de España que reflejaba el avance de las tropas franquistas. Concluida la contienda, la plaza retomó su función de ruedo, teatro, circo y otros usos durante las fiestas, acogiendo a personajes de la talla de Ernest Hemingway, el cual visitó los sanmateos en 1956. En el año 2000 se planteó construir una plaza cubierta, con mayor capacidad, en el Parque de la Ribera. Tras su inauguración en 2001, la vieja fue derribada y sustituida por bloques de pisos cuya configuración circular, en la plaza Martínez Flamarique, recuerda al viejo coso.