Reparto de puntos con sabor a muy poco

Gonzalo Ortega
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El derbi capitalino termina en empate y con un punto para cada equipo que, en realidad, no sirve a ninguno en la pelea por sus respectivos objetivos. Álvaro García adelantó a los visitantes y Lupu, de cabeza, puso las tablas para los locales

Agüero y Lamadrid se saludan al terminar el partido. - Foto: Óscar Solorzano.

Ni la UD Logroñés pudo completar la remontada, ni la SD Logroñés pudo sentenciar el partido. Por ende, ni los que ayer ejercieron como locales pudieron recortar diferencias hacia un playoff que cada jornada ven más lejano, ni los visitantes pudieron sacar partida de los pinchazos de sus rivales directos en esa pelea por la primera posición. Reparto de puntos que no deja satisfechos ni a unos ni a otros y que termina de igual manera que el derbi capitalino de la primera vuelta: en empate.

FICHA TÉCNICA:

UD LOGROÑÉS. Kike Royo; Yasin, Monreal, Joao Dias, Álvaro Mateo; Caballero, Garrido (Pau López, 60'), Barrero (Gualda, 67'), Madrazo (Enzo Facchin, 86'), Iñaki (Agüero, 60') y Lupu.

SD LOGROÑÉS. Uri; Lazkano (Sergio Gil, 73'), Montero, Gaubeka (Argente, 67'), Nacho Ruiz; Castañeda (Basurto, 73'), Castillo, Lamadrid (Iker Morales, 88'), Álvaro García (Elorza, 88'), Albizua y Raúl Rubio.

ÁRBITRO. Daniel David Baiges Donés (Aragón). Amonestó a los jugadores locales Garrido, Barrero, Pau López y Yasin; así como a los visitantes Lazkano, Castañeda y Argente.

INCIDENCIAS. Partido sin incidencias correspondiente a la vigésimo octava jornada de Segunda RFEF disputado en Las Gaunas, con 4.210 espectadores en las gradas según informó la entidad local.

El partido no comenzó cuando el árbitro señaló el pitido inicial. Lo había hecho días antes, con el cambio de entrenador en el banquillo de la UD Logroñés y la decisión inédita de Lasheras de prohibir el acceso a la Ciudad Deportiva para completar los cuatro entrenamientos preparatorios a puerta cerrada. Sería para no descubrir su intención de jugar con Iñaki como extremo izquierdo, combinar a Lupu y Barrero en un mismo once con el ariete rumano como referencia y el aragonés como media punta y más libertad sobre el verde. Técnicamente, nadie mejor que él conoce a sus jugadores.

En el lado contrario, Pouso salió con lo esperado. En la defensa fue Gaubeka la novedad como central, si bien el resto fue como viene siendo costumbre. Montero acompañaba a Beñat, Lazkano era lateral derecho y Nacho Ruiz en el izquierdo. Repitió Albizua como extremo, como lo fue siete días antes contra el Alavés B y Rubio, en su vuelta al once inicial, desplazó a Álvaro García al costado derecho, para darle al hombre más determinante del ataque de la SD Logroñés la libertad que tanto resultado le ha dado a su equipo.

Esa libertad fue la que, recién cumplido un cuarto de hora, le permitió llegar sin ninguna marca a la medialuna del área y, con toda el tiempo del mundo para pensar, batir a Royo con un disparo raso a su izquierda, muy cerca de la madera. Era la primera del partido, pero no le importó al de Colindres. Lo que tiene un derbi, al fin y al cabo, es meter las que tienes.

No lo había hecho previamente Monreal en un remate de cabeza ni tampoco Madrazo en un balón que llegaba al segundo palo. Ambos centros habían llegado de la pierna izquierda del mismo protagonista, el 16 de la UD Logroñés. Después del remate del extremo de Ortuella, un balón en largo de Castañeda buscó la espalda de la zaga local. Iba a encontrar a Lazkano y este, a su vez, petróleo. Ganada la pugna con Mateo por potencia, Monreal le salió al paso para despejar. Se llevó un regalo en forma de caño que Lazkano utilizó como permiso para obtener petróleo. Continuó su incursión y, por el retrovisor invisible, vio la llegada de Álvaro García. Decimotercer gol del pichichi de la SD Logroñés y 0-1.

Había fallado la pólvora de los locales en el primer cuarto de hora. En cambio, los de Pouso sonreían con su pleno de eficacia. Un disparo, un gol. Y los locales, mucha presencia pero nula efectividad. Así iba a ser la media hora restante de la primera parte, llegadas constantes del equipo local pero ninguna tocando las mallas. Lo impidió Castillo, lanzándose con todo al suelo para evitar que el pase de Barrero dentro del área llegara a un liberado Iñaki dentro del rectángulo pequeño. También el larguero, que repelió el potentísimo disparo de Madrazo en una acción ensayada a saque de esquina. Y hubo una tercera al filo del descanso, un desmarque de Lupu que solo vio Garrido pero que el ariete, muy escorado, no pudo dirigir entre los tres palos. La alegría de unos, en la esquina entre fondo norte y general, se imponía momentáneamente a la desazón del resto, esparcido por el municipal de la capital riojana, pero con un mismo sentir.

Con los protagonistas de vuelta, no cambió el guion hasta pasada la hora de partido. Garrido e Iñaki habían dejado, música de viento mediante, su sitio en el once a Pau López y Agüero. Lasheras sabía que el partido enfilaba su recta final y todo lo que estaba ocurriendo jugaba en su contra. Incluso el cronómetro. Y en una de las llegadas de los locales, un centro desde el lateral diestro de Yasin, apareció Lupu impulsado por muelles para elevarse entre todos y conectar un testarazo directo al fondo de la red. Uri, a contrapié, solo pudo mirar el octavo gol del delantero blanquirrojo, que había llegado como los seis de la primera vuelta y en la parcela que más domina.

25 minutos quedaban y acababa de comenzar un encuentro renovado. En el luminoso final, empate. Y a los puntos, también. Fue ese duelo de poder a poder donde las tácticas y lo entrenado pasaban a un segundo plano. Pudo poner por delante Castañeda a la SD Logroñés con un voleón desde la fronal que atrapó Kike Royo o también un balón colgado que superó al arquero riojano pero que despejó Joao Días bajo palos. También pudo hacerlo la UD Logroñés, ambas en las piernas del protagonista de su único gol. La primera, una acción individual que se marchó de sus rivales por pura potencia y remató desviado, al igual que la última acción del partido, que le llegó un balón dentro del área pero su intento cruzó su disparo en exceso.

Tablas y un punto para cada equipo, escaso y con el que no aprovecha los pinchazos de Eibar B y Arenas y, del lado contrario, insuficiente para una UDLogroñés que se aleja a un mundo de los playoff y los ve a siete puntos de distancia.