La profesora titular de Lengua Española de la Universidad de La Rioja, Sara Gómez, es la actual profesora de Aitana Fernández. Cuenta que no es la primera vez que vive una situación similar, ya que «he tenido estudiantes con discapacidad visual o que eran ciegos, tanto en la universidad como cuando he sido conferenciante en otras universidades».
La forma de aceptar y enfrentarse a esta situación difiere de la personalidad del alumno. Asegura que con Aitana es «muy fácil», ya que «simplemente basta con describir un poco más las acciones que estás haciendo en clase o las que vas a hacer».
«También procuro decir en voz alta el tipo de clase que voy a impartir, y decir que voy a escribir en la pizarra, para luego leer ese texto en voz alta nuevamente», añade.
Los materiales educativos son una parte importante de su asignatura. «Por eso me encargo de que sean legibles para su sistema y su ordenador», indica.
Hasta ahora, señala, ha trabajado con documentos en word donde «yo tenía ejercicios o apuntes, lo que son fácilmente legibles». «Pero para el curso que viene tengo más mapas y eso será más complicado porque en la clase de variación lingüística y variedades del español explicamos cuál es la distribución de los dialectos según el espacio geográfico», explica.
«Esto se puede ver mejor con mapas, pero tendré que describir más, ya que ese material en PDF no será muy accesible», reconoce.
Gómez también habla de la necesidad de que haya más apoyos por parte de la universidad para estas personas con discapacidad. Cuenta que les suelen avisar de que tendrán estudiantes con más barreras visuales o auditivas que otros para que «intentamos adecuar los materiales en la medida que sea posible».
«Pero no nos ofrecen algo para que podamos darles y les simplifique a ellos determinadas cosas. Esto sería mucho mejor para ellos», asegura esta profesora.
Lamenta que no haya un programa ni recursos especiales para ellos. «Eso sería lo óptimo», lamenta.