Julia Navarro

ESCAÑO CERO

Julia Navarro

Periodista y escritora


Peor que un error

03/11/2023

Si la foto de la vicepresidenta del Gobierno Yolanda Díaz con Carles Puigdemont ya fue una "bofetada" a todos los ciudadanos, la foto del número "tres" del PSOE Santos Cerdán con el mismo personaje resulta insoportable.

El señor Puigdemont es un prófugo de la Justicia, es junto a Oriol Junqueras y otros dirigentes políticos y sociales del independentismo catalán, responsable del intento de sedición de Cataluña. Por tanto, aprobar una ley de amnistía es reconocer que en realidad aquello no fue delito.

Mayo de 2018, afirmación del ciudadano Pedro Sánchez: "El señor Torra es el Le Pen español". El señor Torra no era, no es otro que Quim Torra, militante de Junts y expresidente de la Generalitat de rebote cuando Carles Puigdemont se fugó a Waterloo.

"Clarísimamente ha habido un delito de rebelión". Frase del ciudadano Pedro Sánchez. "Nadie está por encima de la Ley. Puigdemont es un prófugo de la Justicia. Trabajaremos para que el sistema judicial español con todas sus garantías, pueda juzgarlo con imparcialidad". Dicho también por el ciudadano Pedro Sánchez.

Podría seguir revisando la hemeroteca pero no sirve de nada. Pedro Sánchez cambia de opinión cuando le conviene, de manera que lo que ayer era un delito de rebelión, hoy deriva en que España necesita un Gobierno progresista y para eso necesita a Puigdemont.

Necesitar a Carles Puigdemont es evidente que Pedro Sánchez le necesita para repetir como Presidente de Gobierno, otra cosa es que España, tal y como asegura el presidente, necesite un gobierno apoyado por un partido que hasta hace poco consideraba "lepenista". O sea de extrema derecha.

De manera que para Sánchez la Moncloa no es que valga una misa, es que vale que un partido centenario como el PSOE se alíe con un partido de derechas que hasta hace poco calificaban de "lepenista".

El señor Sánchez tiene derecho a cambiar de opinión, ¡faltaría más!, pero los ciudadanos tenemos derecho a decidir si queremos que se retuerza la Constitución para aprobar una amnistía.

Es un ejercicio de cinismo pretender, como pretenden, algunos dirigentes socialistas PSOE, que cuando el 23 de julio los ciudadanos que votaron al PSOE sabían que en su voto se incluía el "gobierno frankestein" y que Sánchez pactaría con quién hiciera falta para gobernar.

No, eso no es lo que votaron la mayoría de los que optaron por la papeleta del PSOE.

Es de una gravedad extraordinaria lo que está a punto de perpetrar Pedro Sánchez y quienes le secundan, como es aprobar una amnistía ad hoc para Puigdemont y quienes le acompañaron en su aventura secesionista.

Sánchez está traspasando todos los límites y al menos no debería de tener la desvergüenza de decir que lo hace por "el interés de España y de la convivencia de los españoles". Simplemente lo hace por su propio interés, por su ambición desbocada.

Lo lamentable es que la mayoría de su partido le siga ciegamente, y no haya voces, salvo la de algunos veteranos dirigentes, capaces de oponerse a esa amnistía. Desgraciadamente a lo largo de la Historia han sido muchos los ejemplos de políticos, o líderes sociales, que han sido seguidos sin rechistar por sus correligionarios, provocando con ese seguimiento ciego, auténticas catástrofes. Ya saben, el silencio de los corderos.

Yo le pediría al Presidente que, si piensa llevar a cabo la aprobación de una amnistía, al menos consulte a los ciudadanos y que no someta a nuestro país a la humillación de pedir perdón a quienes se saltaron las leyes y pusieron en peligro la convivencia entre los propios catalanes y entre estos y el resto de España.

París bien pudo valer una misa, pero dudo que la Moncloa valga semejante oprobio.