Con un considerable retraso sobre el plazo inicialmente previsto y una imagen radicalmente distinta con la que se concibió en los años 40, el colegio San Bernabé comenzará este año a funcionar con la finalidad para la que ha sido rehabilitado, espacio coworking y vivero de empresas. El alcalde de Logroño, Conrado Escobar, ya anunció en el último debate del estado de la ciudad, el pasado octubre, que Tragsatec había mostrado un vivo interés en asentarse en el antiguo colegio de la Villanueva, empresa con la que el Ayuntamiento mantiene en la actualidad conversaciones muy avanzadas. «Estamos en un momento decisivo», asegura Miguel Sáinz, concejal de Promoción de la Ciudad, que recuerda que la compañía, perteneciente al grupo Tragsa, ha colaborado con el Ayuntamiento de Logroño y el Gobierno de La Rioja en actuaciones vinculado al emprendimiento, particularmente en el ámbito rural, o de destino turístico inteligente.
La intención de la firma es ubicar en el antiguo colegio la segunda oficina en Logroño, para lo que firmará antes del mes de junio -exigencia derivada de su reconstrucción con fondos europeos- un convenio en el que se concretarán las particulares condiciones de uso. Según explica Miguel Sáinz, «al tratarse de una empresa pública», el Ayuntamiento planteará una cesión del espacio «durante un máximo de cuatro o cinco años», a cambio de un canon que incluirá únicamente los gastos corrientes y de mantenimiento.
«Al haberse financiado la obra con fondos UE, no puede perseguirse ánimo de lucro», informa el edil, que apunta que, a pesar de que el convenio se suscribirá en la primera mitad del año, pasarán varios meses hasta que pueda ser efectivamente ocupado, pues deberá amueblarse y acomodarse a las necesidades de Tragsatec, que realiza trabajos de ingeniería y asistencia técnica en los ámbitos de calidad y evaluación ambiental, biodiversidad, desarrollo rural, gestión del agua, salud pública, infraestructuras, instalaciones y equipamientos, tecnologías de la información o sistemas de gestión documental.
Ahora, eso sí, Tragsatec debe facilitar en esta primera planta, con una superficie de 412 metros cuadrados, la instalación de un centro de emprendimiento especifico, una lanzadera de empleo, donde nuevos profesionales desarrollen ideas de talento. «Con ello se pretende cumplir el objeto de los fondos europeos y crear un coworking de emprendimiento y talento», afirma el edil de Promoción de la Ciudad, que espera que este en funcionamiento a lo largo de 2025. Avanza que para la mayor parte del espacio en la planta baja el Ayuntamiento planea redactar un pliego con una concesión demanial [permite el uso de un bien o derecho de dominio público de forma temporal] que, de la misma manera, pretende adjudicar antes de que concluya este año.
Concesión demanial. «El objetivo es atraer empresas», señala Sáinz, que añade que los espacios se pondrán a disposición de las empresas en pública concurrencia. Para la plasmación de este objetivo, el edil no se atreve a vaticinar un plazo, debido a la necesidad de elaborar el pliego y abrir una ventana temporal para que las empresas presenten sus ofertas.
Pero, al igual que el primer piso, en la planta baja del edificio, «que está prácticamente abierta», dispuesta para espacios panelables y con unas dimensiones de 430 metros, se habilitará otra zona de coworking para que jóvenes emprendedores del cualquier ámbito, rural o urbano, o actividad se instalen, «compartan experiencias y opiniones y ubicar la sede de su negocio incipiente». De igual manera, podrán instalarse personas que teletrabajan, si lo es en colaboración con otros hubs de fuera de Logroño o La Rioja.
«Se trata de que el talento y el emprendimiento tengan un espacio con el que empezar a funcionar, con el coste muy bajo, nada que ver con el precio de una oficina convencional», apunta le edil logroñés, que añade que también podrán instalarse en el colegio San Bernabé empresas ya formadas o lanzaderas de emprendimiento, que puedan ubicar también a su personal.
La instalaciones se completan con un patio abierto, de 140 metros, que el Ayuntamiento se reserva para la realización de eventos de cariz turístico o cultural. «Es un espacio muy bonito y adecuado para realizar a eventos de tamaño pequeño y mediano», resalta Sáinz.
«La idea es que haya movimiento y que otra zona del casco antiguo tenga vida propia», concluye