De Lardero a Sudáfrica, en moto

Gonzalo Ortega
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Si todavía queda algún ápice de duda, Jorge Villar insiste que su viaje en moto será «desde su casa en Lardero, hasta Sudáfrica». En total, 12.628 kilómetros de experiencias y anécdotas por descubrir

Jorge Villar Sáenz-Torre, antes de comenzar su expedición a África. - Foto: Óscar Solorzano.

Mientras usted se encuentra leyendo esto, ahora mismo hay un riojano que se encuentra sumido en uno de los viajes más apasionantes de su vida. Jorge Villar Saénz-Torre  ha comenzado este lunes un viaje cuya fecha de inicio sí conoce, no así la de final. Desde este pasado 9 de septiembre, afronta un desafío de recorrer 12.628 kilómetros con su moto para cumplir uno de sus sueños: atravesar el continente africano en moto. Porque el viaje comenzó «desde mi casa, en Lardero» y finalizará en Sudáfrica «si todo va bien».

Para encontar su pasión por el mundo del motor hay que retroceder hasta cuando Villar era un niño. «Desde que era un crío me apasionaban todos los vehículos de motor. A lo largo de mi vida lo he probado todo: moto trial, motocross, quad, buggies... Todo lo que llevase motor ha conseguido en algún momento sacarme una sonrisa», recuerda. Su primera moto llegó cuando cumplió los 18 años y tuvo suficiente dinero ahorrado para comprarse una: «mis padres me decían que una moto era muy peligrosa, aunque en el momento en que cumplí 18 yo sabía que quería una moto».

Villar programó este periplo para realizarlo, en una primer esbozo, con su todoterreno. Pero la idea quedó aparcada. «A principios de año estuve en Vietnam haciendo una ruta muy cerca de la frontera con China. Esa experiencia fue la que me revivió la llama, la pasión, y fue al volver cuando iba a volver a intentarlo», detalla.

Jorge Villar Sáenz-Torre.Jorge Villar Sáenz-Torre. - Foto: Óscar Solorzano.

En su regreso, se compró la moto de serie que se puede ver en las imágenes y desde entonces ha ido haciéndole él mismo los arreglos oportunos y la puesta a punto para este viaje que inicialmente esta programado entre las ocho y las diez semanas «aunque puede extenderse hasta los tres meses». «Me gusta más realizarlo en moto que en todoterreno» apunta Villar, porque la moto «te da más libertad y económicamente es más barato». No obstante, prima, ante todo, el primer motivo: «es por la libertad».

BRÚJULA COMO GPS. La ruta está programada. Otra cosa es seguirla o no al pie de la letra. Por delante tendrá que recorrer 15 países. Sin embargo, sincero muestra que su único GPS es «una brújula». «Voy a viajar. No quiero estar solo mi moto y yo, focalizado en el viaje sin parar a hablar con nadie. Me gusta detenerme, disfrutar, hablar con la gente, preguntarles, socializar...», explica el joven riojano.

En la misma línea, añade que uno de los aspectos que más ilusión le genera de esta aventura es poder terminar con su moto por la tarde y sentarse a conversar con los que se encuentre «para que me cuenten sus anécdotas y cómo es su día a día». «El hecho de que las personas se detengan a dialogar conmigo y les cuente que estoy bajando desde España para conocer África me gusta y me motiva. Es un reto que lleva muchos años en mi cabeza, no solo por decir que he cruzado África en mi propia moto sino porque también es un orgullo para el mundo del motor», concluye Jorge Villar. Además, él mismo se ha encargado de que quede constancia de todos los dimes y diretes que se le presenten a lo largo de su recorrido a través de dos cámaras instaladas en su vehículo. «No es por subirlo a redes y hacer postureo, es dejar un recuerdo de este viaje. Así, cuando me apetezca, podré ver vídeo a vídeo y recordar lo que viví», aclara.

OBSTÁCULOS. No obstante, no es oro todo lo que reluce. A lo largo de estos tres meses también tendrá que afrontar visicitudes que alteren el desarrollo del trayecto. Primero el tema burocrático. Villar se define como una persona «impaciente». Hasta él mismo sabe que es un aspecto que le va a costar «bastante». «Cogeré aire 10 segundos antes de entrar a las aduanas y tendré que armarme de mucha paciencia», bromea.

Otro de los apartados que más preocupa es la famosa 'mordida'.  «No estoy a favor pero porque a mi hoy me piden diez euros, y al que viene por detrás le piden 15. He escuchado mordidas de hasta 400 euros», dice. «Yo pago mis visados, mis 'customs' (aduanas) y me da rabia por los que vienen detrás. Si me tengo que quedar dos o tres días acampado en la frontera hasta que entren en razón y pase, lo haré sin ningún problema».

Estas declaraciones brotan dos nuevas cuestiones. El apartado económico y el del descanso. Villar expone que ha estado ahorrando mucho tiempo específicamente para este viaje. «Los comentarios de que África es barato, que África es gratis... Solo en visados he gastado más de mil euros a los que hay que sumar gasolina, comida, estancias, etc».

En cuanto a la segunda faceta,  el riojano comenta que, en principio, su idea es la de hacer «acampada libre». «Eso lo digo ahora, pero luego dependerá de cómo vea las grandes ciudades, la climatología, las hostilidades que vea y si algún lugar no me inspira confianza... en ese caso tendré que cogerme una habitación de hotel», especifica. «¿Miedo? Nunca he tenido miedo en ninguno de los viajes que hecho. En este caso, la palabra que mejor lo define es nervios. Hay tantas cosas que hacer, tantas cosas que pueden salir mal. Miedo no tengo, porque soy de los que cree que las personas hablando se entienden, pero nervioso sí que estoy», reconoce Villar.

Y como si de una cascada se tratase, de estas últimas palabras surge el enésimo dilema: el idioma. La mayoría de los países que procede a atravesar con su moto son colonias francesas, no obstante, no lo interpreta como un problema. «Entre el traductor y cuatro palabras que hablemos en otro idioma... al final todos nos entenderemos» bromea un hombre que se encuentra inmerso en una expedición de más de 12.000 kilómetros y que espera regresar a Lardero con un sinfín de experiencias que contar y, quién sabe, si con la inspiración de realizar otro episodio similar.

15 PAÍSES "ENTRE OCHO Y DOCE SEMANAS". España, Marruecos, Sáhara Occidental, Mauritania, Mali, Burkina Faso, Togo, Benín, Nigeria, Camerún, Congo-Brazaville, República Democrática del Congo, Angola, Namibia y Sudáfrica. 15 países por recorrer a través de Europa y África, 14 de ellos dentro del continente africano, el tercero más grande     del mundo.

La travesía comenzó el pasado lunes, desde su propia morada de Lardero hasta realizar una primera parada en Toledo, después en Córdoba y así ya pasar a África. No obstante, Jorge Villar apunta que esta es la ruta que inicialmente tiene planeada, aunque por supuesto es susceptible de realizar cambios. «Nadie me dice que vaya a pasar por Mali y estén cerradas las fronteras por inundaciones como lo han estado en las últimas semanas. Si tengo que innovar, que sea sobre la marcha», manifiesta un hombre que siempre ha tenido ilusión por conocer las Cataratas Victoria, ubicadas en la frontera entre Zambia y Zimbabue -cerca de su paso por Angola y Namibia-, de tal manera que conocerlas con su propia moto es algo que le haría «especial ilusión».

«Todo depende de cómo me vea. Si me veo bien, me desviaré un poco del camino previsto o no, todo depende del tiempo y de cómo me encuentre tanto mental como físicamente», puntualiza Villar, quien a su vuelta se desplazará hasta Vigo para recoger su moto, que irá  en transporte marítimo desde Puerto Elizabeth, uno de los mayores puertos de Sudáfrica.