A partir de las 9 de la mañana, el popular Gonzalo Capellán dará cuenta en el Parlamento regional, en el que disfruta de mayoría absoluta, de la gestión de sus primeros cien días al frente del Ejecutivo de La Rioja, un periodo en el que, a pesar de mantener un perfil bajo y alejado de los focos, ha dibujado el esbozo inicial de lo que será su acción de gobierno durante esta legislatura.
Poco más de tres meses han pasado desde que el pasado 30 de junio tomara posesión de su cargo en el Monasterio de San Millán con un discurso que inició con versos de Antonio Machado, con los que quiso dejar patente su condición de académico [es catedrático de Historia Contemporánea], que se ha visto representada en la configuración de su gabinete, que cuenta con una consejería -dirigida por José Luis Pérez Pastor- de Cultura, que logra entidad propia y deja de ser un apéndice de Educación en un Ejecutivo con pocas sorpresas.
Con el llamativo nombramiento de Belinda León, que había sido portavoz parlamentaria de Ciudadanos la pasada legislatura, como consejera de Economía, el resto del gobierno se compone de gente del PP de toda la vida en un gabinete en el que ha aunado las diferentes sensibilidades que pugnaban por hacerse con el partido -Alfonso Domínguez y Daniel Osés, escudero del candidato Alberto Bretón-, antes de que la dirección del partido decidiera que era el hijo del que fuera alcalde de Haro durante tres décadas el que encajaba mejor en la filosofía del nuevo líder, Alberto Núñez Feijóo.
Redujo los cargos públicos y aunque le costó completar el segundo nivel -ha mantenido nombres del gobierno de Concha Andreu, como la directora general de Agricultura, María Jesús Miñana, que también lo había sido en el gobierno de Ceniceros, o la que fuera su jefa de Protocolo, Mariana Sáenz-, inició su mandato con una decisión de relevancia, que beneficia a la principal seña de identidad de esta tierra. No llevaba ni un mes al frente del Ejecutivo cuando aprobó las ayudas a la destilación de vino, un asunto que llegaba coleando del gobierno de Andreu, que no parecía muy partidario de destinar dinero a tal fin. Son 15 millones este año y 17 el próximo, cuya primera convocatoria favorece a113 bodegas y cooperativas, principalmente a Pernod Ricard -propietaria de Campo Viejo-, que percibirá 2,17 millones.
Bajar impuestos. Los resultados de las elecciones generales -con victoria del PP, pero sin mayoría para formar gobierno- debieron ser un revés para los populares riojanos, que lograron un triunfo solvente en las autonómicas, lo que les permite llevar adelante su acción de gobierno sin estar sometido a ningún condicionamiento, lo que le ha permitido, al igual que otros gobiernos del mismo color político, plasmar una de las medidas prioritarias de sus programa electoral: bajar impuestos. De momento, ya se ha aprobado la eliminación de donaciones y sucesiones, que han abierto el camino para la reducción del IRPF para las rentas inferiores a 40.000 euros y una deducción del 15% para las hipotecas.
Estas medidas de carácter económico construyen una impronta propia en la acción de gobierno, claramente diferenciada de la gestión de Andreu, de que la separa un abismo en otro aspecto, los conciertos en educación y salud, que ya anunció, y sus consejeros han ratificado, «un solo sistema y dos modelos», según Alberto Galiana, que se retomarán.
La construcción de la Facultad de Medicina en el aparcamiento del CIBIR, recogiendo un proyecto que ya barajó Pedro Sanz, ha sido el gran anuncio de estos 100 días, periodo en el que ha visitado la Real Academia como prologo a una legislatura que puede ser la del español.
Con el techo de gasto no financiero para 2024 de 1.769 millones de euros, el 8,6% más que el del ejercicio en curso, Gonzalo Capellán seguro que aprovecha hoy su discurso para avanzar cuáles serán sus próximas actuaciones, con los fondos europeos para la transformación en el horizonte.