Miembros de la plataforma cívica 'Demandacascoantiguo' echan mano de los propios informes encargados en su día por el Ayuntamiento de Logroño para demostrar el alcance del problema de ruidos que padecen y que los consistorios, el anterior y el actual, son conocedores de ello por las conclusiones de los técnicos.
El documento de la Revisión del Plan Estratégico de Ruido indica, entre otras conclusiones, que de un muestreo de 150 mediciones realizadas en dos zonas (centro histórico y calles del entorno de la Gran Vía), en días de ocio nocturno solo el 8,6% cumplía con los objetivos de calidad acústica, con casos en los que se alcanzaron los 82 decibelios de ruido, cuando el umbral máximo legal está en 55. La situación no era tan grave en días laborables, pese a lo cual el estudio reveló un 44% de incumplimiento, con algún valor por encima de 80 decibelios. Uno de los vecinos que respaldan esta plataforma recordó a El Día de La Rioja que al ofrecer esos datos, hace prácticamente un año, el concejal Jaime Caballero calificó la situación como «insostenible», pese a lo cual «Pablo Hermoso de Mendoza metió el estudio en un cajón».
Muy crítico con la gestión del anterior Gobierno local del PSOE, este vecino asegura que el actual gabinete de Conrado Escobar reunió el pasado diciembre a vecinos de la zona para crear la Mesa del Casco Antiguo y preguntarles cómo está el barrio, «como si no lo supieran desde hace 20 años». En esa reunión en el Espacio Lagares -añade- saltaron «el hartazgo y la rabia» que dieron pie a este movimiento cívico espontáneo.