El Ebro se cobra la vida de al menos 20 personas desde 2019

R. Muro
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Los accidentes o las imprudencias están presentes en cinco de los casos. De los otros quince no trascendieron las causas

Una cruz recuerda al joven rumano ahogado en el Ebro en Fuenmayor - Foto: Ingrid

Ocho de junio de 2022. Un niño de trece años acude a una zona conocida como 'La presa del milagro' en Rincón de Soto para disfrutar de una tarde de baño en el Ebro con sus amigos. No sabía nadar y el río, a pesar de que se trata de una zona sin mayor profundidad, puedo con él. Fue hallado muerto al día siguiente tras un largo dispositivo de búsqueda. Se trata de una zona, tal y como explicaron desde el Consistorio de la localidad riojabajeña en aquel momento, que no entraña demasiado peligro, si bien, existen remolinos que pueden complicar una jornada de ocio.

El Ebro acostumbra a mostrar su poderío, incluso su belleza entre meandros formados en un paisaje adornado de viña y pueblos que acompañan su vida a los pies de su cauce. Pero también ha evidenciado demasiadas veces su lado más negro y fatídico. Accidentes, imprudencias y conductas autolíticas suman ya al menos veinte fallecidos a lo largo de los últimos cinco años con el río Ebro como funesto escenario.  A finales de enero de 2020, la Policía Nacional hallaba muerta en el cauce del río a la abuela de la niña Carolina, asesinada en un céntrico hotel de la capital riojana. Fue encontrada sumergida en el río aguas abajo de la plaza de toros. Todo indicó que se suicidó tras matar a la niña de cinco años, 

En el verano de ese mismo año, un accidente en el Ebro a la altura del barrio de El Cortijo, se cobró la vida de un joven de 16 años cuando disfrutaba de un baño en compañía de sus amigos. El adolescente se golpeó con una de las innumerables rocas que esconde el Ebro.

Ninguna administración prohíbe el baño en el río que cruza La Rioja de oeste a este. Ahora bien, cualquier incidente permanece bajo la responsabilidad del bañista. La Comunidad autónoma se hace responsable de las zonas de baño habilitadas como tal y que cuentan con servicio de socorrista tales como el pantano de El Rasillo. El Ayuntamiento de Logroño, por su parte, recuerda que «no está prohibido pero el bañista que haga uso de aguas naturales sin vigilancia lo hará bajo su responsabilidad». Y tampoco la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) ostenta competencias en este tema.

El mes de julio de 2023 conmocionó a la sociedad riojana con dos casos de extrema crudeza. Por un lado, un joven rumano de 29 años residente en Logroño perdía la vida en el río a su paso por Fuenmayor, en las inmediaciones de la zona recreativa conocida como 'La Boca del Ebro'. La unidad especializada de la Guardia Civil encontró su cuerpo a tres metros de profundidad. Tres años antes, un hombre de 58 años también de origen rumano, falleció en el Ebro en esta misma zona. Ese mismo verano, aguas abajo, el asesino confeso de Salwa intentaba ahogarse y ahogar a sus tres hijos tras matar a su esposa. 

javier márquez. El caso más duro vivido en el Ebro en los últimos años recuerda al joven calceatense Javier Márquez. Diecinueve días después de su desaparición, unos bomberos en labores de voluntariado, hallaron su cuerpo en la orilla izquierda del Ebro, en las inmediaciones del Palacio de Congresos Riojaforum. La investigación practicada por los agentes de Policía Nacional concluyó que el joven de veinte años se precipitó al río de forma accidental en un momento en el que el Ebro mostraba toda su furia. Fue hallado en abril de este mismo año.

Del resto de casos, hasta los al menos veinte que han trascendido, no se ha informado de las causas que originaron su fallecimiento. En el caso del hombre que apareció flotando en el Ebro este mismo verano, no se descarta un factor accidental.

Casos activos sin pistas

La Guardia Civil mantiene abierta la búsqueda esporádica de dos personas cuyas desapariciones fueron denunciadas en marzo y en mayo de este mismo año. En este último caso, se trata de un varón de 63 años de origen portugués y que fue visto por última vez a finales de mayo en una zona de huertas de la localidad riojana de Cenicero, junto al Ebro. El Instituto Armado intensificó la búsqueda de Florencio Peñacoba tras la denuncia correspondiente. Desde entonces, según fuentes próximas a la investigación, no se ha obtenido ninguna pista nueva que permita dar con su paradero después de peinar por tierra, agua y aire la zona donde se produjo su desaparición. Todas las hipótesis miran una vez más al río Ebro.

El otro caso apunta al municipio de Rabanera, en el Camero Viejo. Los hechos se remontan al 27 de marzo del presente ejercicio cuando fue visto por última vez.  El día antes de su desaparición, Adolfo Fernández se trasladó a Logroño en autobús y en el mismo medio de transporte regresó a la localidad camerana. El día de su desaparición llamó a un taxi que le recogió en la plaza del pueblo a las siete de la mañana. Viajó a la capital riojana y se bajó del taxi a unos trescientos metros de la rotonda del centro comercial Berceo, ya en las proximidades del río Iregua. 

En este caso, el Instituto Armado centró su búsqueda por el Camero Viejo por la ribera del Iregua, sin éxito. El propio alcalde del municipio, Andrés Escolar, recuerda que la Guardia Civil estuvo muchos días buscando por las inmediaciones de la localidad camerana.

En ambos casos, se mantienen activas lo que la Benemérita denomina «búsquedas esporádicas». Es decir, cada cierto tiempo se vuelven a peinar las zonas por si el paso de los días habilita alguna nueva pista.

E igualmente, en ambos casos se han producido movimientos de efectos personales, una cuestión que también se controla por parte de los agentes.