Declinan utilizar la palabra 'fraude', pero sobrevuela en la conversación. Tres de los cuatro arquitectos que formaban el equipo premiado en segundo lugar en el concurso de ideas para el proyecto del centro polivalente en la antigua estación de autobuses de Logroño, Alicja Scigaczewska, Katiusca Guerra y Fernando García, no ocultan su enfado e «indignación» por el hecho de que finalmente la obra que se acometerá no responde a la propuesta elegida como ganadora, sino que será «un refrito». El Ayuntamiento de la capital alega que la necesidad de llegar a marzo de 2026 con la obra ejecutada para no perder 2,6 millones de euros de fondos europeos justifica variar la solución elegida simplificándola.
«El jurado no ha hecho bien las cosas y no ha sido riguroso al seleccionar el proyecto ganador», asegura Fernando García, que, al igual que sus compañeras, se esfuerza en dejar claro que no tienen nada en contra de la propuesta 'Urbis', ganadora del concurso, que les parece muy interesante, pero «irrealizable» con los condicionantes de plazos de ejecución, presupuesto y autorizaciones de las comunidades vecinales para poder alterar la estructura y cimentación del edificio, algo que no sería necesario con otras de las ideas. García hace hincapié en que la convocatoria del Ayuntamiento iba más allá de un concurso de ideas, dado que en la segunda fase, a la que pasaron los tres equipos finalistas, se exigía un nivel de detalle que prácticamente hace que los estudios sean casi un proyecto de ejecución para iniciar obras en breve.
El concurso, diseñado por el jefe de Arquitectura del Ayuntamiento, Jesús González Menorca, fijaba como premisas que la idea ganadora plantease una dotación importante para revitalizar la zona y un edificio de los años 40 ya obsoleto, que permitiera a los vecinos de la manzana disponer de ascensores para eliminar barreras arquitectónicas y crear sinergias con la ciudad, sobre todo con la Plaza de la Alhóndiga. Según este arquitecto del equipo autor de la propuesta 'Loading', ninguna de esos objetivos se podía lograr con la idea ganadora, a su juicio de mucha calidad y la mejor para el propio edificio, pero técnicamente compleja de llevar a cabo en el plazo disponible, de difícil aceptación por parte de los vecinos, dado que habría que tocar los cimientos y restar espacio a algunas viviendas para colocar ascensores y con un jardín soterrado a tres metros de profundidad no enfocado a toda la ciudad, sino solo a los usuarios de los espacios polivalentes, que el proyecto 'Urbis' situada en los actuales sótanos.
Galerías para los pisos. Frente a esa solución arquitectónica, los autores de 'Loading' aseguran que descartaron ideas que pudieran retrasar la ejecución de la obra y optaron por una propuesta «realizable» por fases. «Propusimos unas galerías en las viviendas, que mejoraban la estética de las fachadas actuales, que no robaban ni un metro a las viviendas, con ascensores externos y que hubieran revalorizado los pisos», indica Alicja. Además, la propuesta 'Loading' diseña una estructura a modo de fachada en la entrada a las dársenas que ocultaría las poco estéticas traseras de los edificios en fondo de saco e hiciera más amable la vista desde la Alhóndiga. En esa entrada a un parque a cota cero en las antiguas dársenas situaban una pantalla gigante y en fases posteriores un edificio para las asociaciones que ahora ocupan los bajos.
Renuncia a recurrir para no poner en riesgo los fondos UE
«No tiene sentido recurrir, porque esto no tiene vuelta atrás», asegura Fernando García, que matiza que «por responsabilidad » han decidido no presentar un recurso al concurso de ideas, pese a que ven argumentos al no ejecutarse el proyecto que se premió tal cual estaba planteado, dado que podría paralizar el proceso y poner en riesgo los 2,6 millones de euros concedidos por Europa para la obra. Con indisimulado enfado, la arquitecta Katiusca Guerra culpa al jurado de «irresponsable cien por cien» al elegir un programa con un parque a cota menos tres metros «que no se puede ejecutar » y adjudicar el proyecto a una idea «que no es la que se hará». Guerra carga especialmente contra el decano del Colegio de Arquitectos y contra González Menorca, y cree que el jurado se dejó arrastrar por la arquitecta «estrella » Fuensanta Nieto, que apostó por una idea «efectista», pero «irreal» para la obra prevista. Los autores de 'Loading' cuestionan que el Ayuntamiento pague 121.000 euros al equipo ganador por proyectar la reforma del vestíbulo de la antigua estación y un parque a cota cero en las dársenas, un trabajo que, a su juicio, se podría hacer por 30.000 euros.