Muchos analistas coinciden en que la protagonizada por el Leicester es la mayor sorpresa en la historia del fútbol moderno. Mundiales y Eurocopas, torneos cortos donde un golpe de fortuna es la diferencia entre la vida y la muerte, sí han albergado campanadas épicas… pero a lo largo de 38 jornadas, donde habitualmente triunfan la regularidad, el presupuesto y la profundidad de banquillo, suelen ganar 'los habituales'.
Aquel equipo de Claudio Ranieri concluyó la Premier League 15/16 con 81 puntos, 10 más que el Arsenal, con 23 victorias, 12 empates y apenas tres derrotas. Y ocho temporadas después, el Girona va clavando e incluso mejorando los pasos del Leicester. En la jornada 13ª de aquel año histórico, los 'zorros' eran líderes con 28 puntos (8-4-1), con 28 goles a favor y 20 en contra. A estas mismas alturas, el bloque catalán lidera contra todo pronóstico LaLiga con 34 (11-1-1), 31 tantos a favor y 16 en contra. Los españoles, de momento, mejoran aquella gran sorpresa.
De entrada, el plan es bien distinto. Míchel es un técnico joven (48 años) con una idea de fútbol alegre y vertical. Claudio Ranieri (64 años en 2015) era un entrenador 'resabiado' que, además, llegaba de una campaña mediocre en el fútbol griego. El vallecano apuesta por un 4-2-3-1 de claro corte ofensivo, donde el balón se mueve a gran velocidad, mientras que el italiano dispuso un 4-4-2 con un bloque muy prieto, pocos espacios entre líneas y el contragolpe como esencia: de las 23 victorias, 14 fueron por la mínima.
De hecho, el Leicester fue campeón siendo el tercer combinado con menos posesión (42 por ciento) y el segundo con menos pases (12.370, 325 por partido) en todo el campeonato; por el momento, el Girona es el cuarto que más en ambas facetas (solo superado por los dos 'gigantes' y Las Palmas): tiene el esférico el 56 por ciento de los minutos y ha completado 6.476 pases, casi 500 por encuentro.
De dónde venían
Es cierto que la mejora directa del Leicester (de un año a otro) fue más espectacular que la del conjunto rojiblanco. Ambos llegaban con un gran respaldo: los ingleses, con la inversión del multimillonario Vichai Srivaddhanaprabha, dueño de King Power que incluso rebautizó el estadio. Los españoles, con el colchón del City Group. El Girona, que coqueteó con puestos de descenso en la 21/22, terminó décimo la pasada 22/23, pero tuvo opciones de cazar un puesto europeo hasta la última jornada. La temporada anterior al 'bombazo', el Leicester había terminado 14º, salvando la categoría en la penúltima fecha.
Así como Ranieri apostó por un combinado más veterano (el 'once tipo' tenía una edad media de 28,1 años), Míchel está jugando con un equipo titular que apenas supera los 26, y en el que tres sub'21 (Gutiérrez, Couto y Savinho) son indiscutibles. El de ambos, no obstante, es el éxito de 'desconocidos' que dieron o han dado el gran salto de calidad a la vez: los tres tipos clave en la temporada de los 'foxes' fueron Kanté, Mahrez y Jamie Vardy.
El primero llegaba desde el modesto Caen sin apenas cartel y se convirtió en el mejor recuperador de Europa (156), formando con Drinkwater un 'muro de contención' infranqueable; el segundo aterrizó en Inglaterra desde un equipo de Segunda, el Le Havre, y fue nombrado Mejor Jugador de la Premier 15/16 (17 goles y 12 asistencias); y el tercero es el caso excepcional de un futbolista que en 2012 jugaba en quinta división, que llevó una tobillera electrónica localizadora por una pelea en un bar, que compaginaba el fútbol con su trabajo en una fábrica de prótesis… y que ese año lo metió todo: 24 goles y 11 jornadas seguidas marcando, el récord de la competición.
En el Girona pocos confiaban en la explosión de Aleix García, canterano del Villarreal que fichó por el City a los 18 años y que lleva seis años en el club sin haber despuntado como este curso, donde es uno de los mejores medios del torneo; o en la irrupción salvaje de Savinho, un chico de 19 años que la última campaña pasó sin pena ni gloria por el PSV; o en la adaptación de Artem Dovbyk, un desconocido que salió por segunda vez de Ucrania (en la 19/20 jugó en el Midtjylland danés) para convertirse, con siete dianas, en uno de los mejores realizadores del campeonato.