Irene Rey Samper es una residente de cuarto año de Medicina del Trabajo, «una especialidad bastante desconocida».

Cuenta que eligió elegí el Hospital San Pedro porque «es un hospital de referencia en una comunidad autónoma uniprovincial». «Esto hace que tenga la ventaja de la cercanía con los formadores y los compañeros, pero sobretodo con el paciente o con los trabajadores», indica.

Su trabajo actual lo realiza en el  Servicio de Prevención de Riesgos Laborales y consiste en velar por la salud de los trabajadores, «realizando tareas de prevención, promoción y asistencia de los trabajadores».

Destaca que la residencia es una experiencia que «hasta que no la vives, no tienes ni idea de lo que es, ya que es intensa, a la par que muy gratificante». «Exige mucha dedicación, en pocos trabajos se realizan guardias de 24 horas que en ocasiones son extenuantes, y hay momentos duros, como pacientes que te dejan huella o situaciones difíciles».

También asegura que hay partes positivas, como los compañeros que «te hacen sentir que siempre estas respaldado y el hecho de estar formándote y aprendiendo en profundidad algo para lo que llevas preparándote tanto tiempo».

Rey desvela que tiene «muy marcado» el inicio de su residencia en plena pandemia, y las guardias tanto en su Servicio como en Urgencias. «Fue una época complicada, de mucha carga asistencial, emocional y mental».

Aparte, esta joven habla de su futuro en el mundo de la medicina. Resalta el hecho de que como Médico del Trabajo tiene salidas más allá del ámbito hospitalario, aunque «sería una buena opción de trabajo quedarme si no en el Hospital San Pedro, al menos, en La Rioja».