El asesino de Salwa vio en su mujer a «terroristas de Daesh»

R. Muro
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Samer relata que el día de los hechos «oye ruidos en su cabeza» ya que fue «secuestrado» en Siria. Sin embargo, los informes no aprecian «síntomas que influyeran en su conducta»

El asesino de Salwa vio en su mujer a «terroristas de Daesh» - Foto: Efe

Los informes psicológico y forense «no objetivan alteraciones volitivas» ni «síntomas clínicos que hayan podido influir en la conducta» de Samer, el hombre de origen sirio acusado del asesinato de su mujer Salwa en junio de 2023. Ahora bien, trasladó a los expertos que cursaron los informes que en su vida estaba marcada por «el conflicto bélico que tiene lugar en Siria» donde «fue reclutado/secuestrado por organismo terroristas siendo testigo durante un tiempo de torturas a terceros, temiendo por su vida y siendo privado de libertad».

Tras su llegada a España, tal y como recogen los informes, «presentaba ruidos en la cabeza, rememorando las imágenes derivadas de la guerra». Ruidos que se manifestaban, según el relato expuesto por Samer a los psicólogos, «durante las discusiones con su mujer». 

No hubo agresiones previas, señalan los dos documentos, si bien, estas discusiones tenían su origen en los de Salwa de trasladar la residencia a Alemania, donde viven sus familiares. 

Sobre el día de los hechos, el estudio forense detalla contradicciones en la exposición realizada por el asesino confeso. Por un lado, apunta que Salwa «trató de autolesionarse y él intentó impedirlo causándole daño». Posteriormente, continúa el informe, explicaba que «estaban hablando fuerte sobre los deseos de ella y su familia de mudarse a Alemania». En ese momento, «empieza a escuchar los ruidos en su cabeza pasando a ver en vez de a su mujer a miembros de la banda terrorista Daesh» por lo que se sintó «amenazado». Él mismo confiesa que después no entiende nada y piensa que los hechos «habían sido algo que haría un animal». 

Manifiesta que tras matar a su esposa, acude a buscar a sus hijos «para que le vieran quitarse la vida por lo que había hecho a su madre». Primero se cambió de ropa y «luego salió del domicilio». Sin embargo, una vez en las inmediaciones del cuarto puente, ya en compañía de sus tres hijos, «comienzan de nuevo los ruidos e imágenes»,  relativos al conflicto bélico que vivió en Siria.

Samer explica presiones por parte de su familia política para trasladarse a Alemania. Los expertos perciben «agitación e irritabilidad «al hablar de este tema» pero «no se objetivan alteraciones psicopatológicas de la imputabilidad en relación con la pericial solicitada». 

«Contrapericial». Para la Asociación Clara Campoamor, los informes corroboran que Samer no presenta alteraciones de ningún tipo que le impidan la imputabilidad. Una afirmación que a su juicio, queda avalada en el informe al no darse «alteraciones incapacitantes en la esfera emocional, personal, social o laboral del informado con anterioridad a los hechos».

Por su parte, Alfredo Arrién, letrado de la defensa, cree que «los informes no sostienen la psicopatía y no concuerdan con las conversaciones que mantuve con Samer». Arrién avanza que solicitará «una contrapericial».

El deseo de su esposa de irse a Alemania «creó tensiones»

En su manifestación en presencia de la trabajadora social y del psicólogo forense, Samer evidencia una vida modélica, centrada en su familia y en el trabajo en una empresa en la que llevaba diez años y a «cuyos compañeros consideraba su familia». Le atormentaba los deseos de Salwa de cambiar la residencia a Alemania con sus hijos. Era el único motivo que generaba «tensiones», tal y como recoge el informe.  

Ante cualquier problema, «se dialogaba, nunca había habido gritos ni le había levantado la mano a su mujer», detalla. Incluso había días que llegaba cansado de trabajar y «aun así se ponía a jugar con sus tres hijos. Les daba todo lo que querían». Salwa no trabajaba y «se encargaba de los menores y de las tareas de la casa. No quería trabajar y yo no le obligaba porque tenía estudios y entendía que no quisiera un empleo de limpieza». Atender la casa y a los niños «ya era un trabajo», relata Samer en el informe. Una situación en «la que ambos teníamos la misma opinión».

Al margen del relato de Samer, los expertos aprecian que «centra su discurso en sus expectativas de relatar sintomatología de estrés postraumático asociado a la vivencia de guerra en su país».