Sofía Rincón López es una residente de segundo año de Hematología y hemoterapia en el Hospital San Pedro. Esta joven natural de Getafe revela que vino a Logroño porque «quería formarme en un hospital de mediano-pequeño».

«Entre las distintas ciudades que me quedaron cuando tenía que escoger plaza, me llamó la atención Logroño, ya que nunca había estado y todo el mundo hablaba muy bien de ella», señala.

Explica que los residentes no suelen tener un puesto fijo, así que van moviéndose por las diferentes secciones que hay dentro de la propia especialidad. «Cada mes hacemos una cosa distinta», indica.

Cuenta que su intención cuando vino aquí fue formarse en  un sitio donde pudiera tener una relación más estrecha con sus compañeros y sus tutores, así que «realmente estoy contenta con la elección que hice porque encontré todo lo que estaba buscando». 

También recalca su evolución desde que empezó como residente de primer año, ya que «ahora tengo bastante más confianza que con la que empecé». «Sabes que esto no es un juego de niños y que la vida que una persona depende de ti, por lo que hay que tener mucho coraje y aplomo para poder hacerlo», destaca esta residente.

Cada día es «una constante evolución» pero «no me veo como el primer día, ya que hasta pautar un paracetamol intravenoso me daba un miedo atroz», recuerda.

Por otra parte, Rincón guarda en su memoria momentos que le han marcado, como la primera vez que tuvo que darle la mala noticia a unos padres de que su hijo padecía leucemia. «Suelen formarnos en esto pero es mucho más complicado de lo que suelen enseñarte», concluye.