El oído es uno de los cinco sentidos que tiene el ser humano, y si se pierde, puede provocar numerosos problemas. En el caso de La Rioja, hay más de 3.000 personas censadas que padecen problemas auditivos, según la Asociación de Personas Sordas de La Rioja.
Además, la Asociación de Familias y Discapacitados Auditivos de La Rioja (ADARI) establece que al menos dos personas al año nacen con problemas de audición en toda la región.
Hay diferentes soluciones para que estas personas puedan tener una mejor calidad de vida. Por un lado están los audífonos y por otro los implantes cocleares. Estos últimos son unos aparatos que intentan reemplazar el funcionamiento del oído interno, transformando el sonido en energía eléctrica. Esta energía se puede usar para estimular el nervio coclear o de la audición, enviando señales «sonoras» hacia el cerebro.
ADARI solicita a las Administraciones Públicas que el implante coclear llegue a todas las personas que lo necesitan, sin que la edad o las cuestiones presupuestarias les priven de este derecho. Su presidenta, Esther Ocón, solicita una mayor concienciación en la sociedad y más ayudas porque «es un problema muy caro».
Asegura que el día a día de estos niños con implantes cocleares es «muy caro» porque «las piezas se rompen muy fácilmente, hay muchas revisiones y clases de logopedia», entre otras cosas. El Gobierno de La Rioja, indica, tiene estipulado que los niños que tengan hasta los seis años cuentan con ayudas para algunas horas de rehabilitación auditiva pero «se ven niños con más de seis años que necesitan seguir con esa ayuda de rehabilitación. Para las familias es un extra económico importantísimo que sus hijos necesiten más ayuda, más clases y más rehabilitación».
Ocón afirma que las familias se pueden gastar unos 6.000 euros al año por niño. Los niños juegan, saltan y corren, por consiguiente, el implante se puede caer al suelo. «El problema de esto es que cada pieza puede valer alrededor de 200 euros», indica.
La solución que da el Gobierno de La Rioja es ofrecer coberturas cada dos años pero «un cable o determinadas piezas no le duran dos años a estos niños», avisa.
«A esto hay que sumar la rehabilitación logopédica, lo que hace que haya familias para las cuales les sea imposible asumir todos estos costes», añade.
Otra de las reivindicaciones de ADARI es la colocación de bucles magnéticos en los cines, teatros, colegios y zonas donde se hacen conferencias para facilitar la asistencia y la experiencia de las personas con problemas auditivos. «Esto son ayudas para las personas con discapacidad auditiva que usan implantes y audífonos, quienes podrían conectarse a ese bucle magnético vía bluetooth. Recibirían el sonido más nítido y claro», destaca.
También piden que las televisiones regionales pongan subtítulos en sus programas. Esto beneficiará sobre todo a las personas mayores, quienes se apoyan en la vista para poder ver la televisión.
Colegio. Por otro lado, Esther Ocón reclama una mayor concienciación en los colegios riojanos sobre este tema.
Critica que hay profesores que no cuentan con el suficiente conocimiento de como hay que hablar a estos niños y de las ayudas que necesitan durante las clases. Además, lamenta que los sistemas FM no se usen mucho en los centros escolares.
Explica que estos dispositivos les permiten oír la voz del profesor sin distorsiones del ruido ambiente de clase, y les facilita la concentración y el aprendizaje.
El problema, sentencia, es que muchos centros no saben como utilizarlo. «Se están perdiendo muchos datos», concluye.