Ecologistas en Acción-Logroño en Bici se han referido este jueves a los "graves" riesgos de seguridad y al retroceso en el modelo técnico que se detectan en la "contrarreforma" de la calle Duquesa de la Victoria de la capital riojana.
En una nota, han incidido en que esa actuación supone la eliminación de las medidas de seguridad vial y del calmado de tráfico, con un aumento de la capacidad y la velocidad y un regreso a las dobles filas con el nuevo trazado rectilinio, informa Efe.
Además, desaparecen los pasos elevados, en contra de la seguridad para las personas más vulnerables; y se elimina la diferenciación cromática tan apreciada, han añadido, por lo que han reiterado al Ayuntamiento de Logroño que vuelva a la configuración anterior del eje ciclista y peatonal de Duquesa de la Victoria.
Creen que, para intentar "colar" los fondos europeos, el Ayuntamiento de Logroño impondrá en Logroño el mismo tipo de carril que se eliminó en Elche (Alicante) porque decían que había provocado muchos accidentes.
Ecologistas en Acciçon-Logroño en Bici entienden que, en vez de consolidar el modelo a estándares europeos con el que empezaba a contar la capital riojana, "más avanzado", el Ayuntamiento hará que se retroceda 40 años a una configuración reconocidamente menos segura que lo que hay ahora.
"La solución adoptada por el Ayuntamiento de Logroño no incrementa la seguridad vial", han asegurado, y multiplica el factor riesgo al situar a los ciclistas en posiciones donde los conductores de vehículos a motor no les esperan o en ángulos muertos sin visibilidad.
Para este colectivo, se multiplicará el riesgo en cada intersección y se favorecerán las dobles filas, a diferencia de la configuración actual con dos carriles unidireccionales.
"La contrarreforma de Duquesa de la Victoria atenta contra el propósito esencial del proyecto europeo de movilidad ciclista al meter más coches y doble fila, eliminando medidas de calmado de tráfico y de seguridad vial peatonal y ciclista", ha defendido.
Además, el gasto de esta actuación aumenta de 1,1 a casi 1,5 millones de euros, con "el propósito declarado de eliminar el calmado de tráfico, aumentando la doble fila y desmantelar medidas de seguridad vial y ciclista", lo que provocará más ruido, más velocidad, más emisiones y contaminación y aumentará previsiblemente la siniestralidad.