La docencia atraviesa en la actualidad una crisis existencial en la que una pregunta se repite con cada vez más frecuencia entre sus profesionales: «¿Qué pinto yo aquí?». Es esta una sensación generalizada y uno de los principales motivos que desemboca en que el 50% de los profesores afirme que dejaría la docencia si encontrase otro trabajo, según los datos del estudio El profesorado en España 2023, realizado por la Fundación SM y el Instituto de Investigación y Asesoramiento Educativo (IDEA).
«En este momento la docencia no es una profesión atractiva» asegura de manera contundente a este periódico el exvicepresidente del Consejo Escolar del Estado y presidente de la Bitácora XXI, Juan Antonio Gómez Trinidad. Algo especialmente preocupante y es que, tal y como indica Gómez Trinidad basándose en las conclusiones del citado estudio «en el mundo se necesitan 44 millones de maestros».
El estudio pone de manifiesto el motor principal que lleva a los docentes a decantarse por su profesión, siendo los dos mayoritarios el gusto por la enseñanza, entre el 25% de los profesores, seguido de la vocación, en un 20% de los maestros, representando con ello entre ambos las motivaciones principales de casi la mitad de la comunidad docente. Motivaciones que, sin embargo, empiezan a escasear entre las nuevas generaciones de profesionales de la educación.
«Es muy difícil que matemáticos, físicos, e incluso historiadores quieran dedicarse a dar clase, si encuentran otra salida la cogen» asegura Gómez Trinidad, «se percibe un desencanto, la sensación de desazón en los profesores, un desánimo generalizado entre el profesorado que incluso les lleva a plantearse y cuestionar su relevancia en las aulas».
En los últimos días, diez comunidades han reportado la falta de docentes y reconocido los problemas para encontrar profesores de especialidades de informática, matemáticas, lengua o filosofía.
La Rioja este curso se libra de la escasez en secundaria, y lo hace gracias a las oposiciones convocadas el curso anterior para nutrir su bolsa de profesores, concretamente, de informática, ante la previsión de escasez de cara a este curso.
«Es una de las que últimamente nos cuesta más cubrir y gracias a esa bolsa que se generó no hemos tenido problemas este curso» indica Carolina Fernández Losada, directora general de Gestión Educativa. No obstante, ante la creciente dificultad de encontrar profesionales de áreas tecnológicas y científicas por su gran demanda laboral «no descartamos que pueda pasar».
De momento, no es el caso, y es que, asegura Fernández Losada, ya en el primer llamamiento el pasado 7 de septiembre se ocuparon prácticamente la totalidad de las plazas, restando solo 14, que fueron cubiertas para finales de noviembre, «a partir de ahí las bajas de profesores, excedencias o comisiones de sercicio se van cubriendo a medida que se van generando gracias a la bolsa».
Pero aunque secundaria, de momento, se libra, Formación Profesional sí es testigo de esta problemática, especialmente en los grados sanitarios y tecnológicos, en los que, indica Fernández Losada, «hemos tenico que contratar seis profesionales que no tienen el máster de Profesorado».
¿Qué está pasando?. Es la pregunta por excelencia que ronda a la comunidad educativa. En pocos años, el malestar entre el profesorado se ha acrecentado hasta el punto que la vocación y motivación pasan a un segundo plano y deja en su lugar un panorama en el que el estado de ánimo más habitual, en un 38 % de los docentes, es el distanciamiento y la indiferencia. Asimismo, uno de cada tres profesores asegura sentir falta de ilusión y dos de cada cinco, agotamiento, ansiedad y depresión.
Una situación un tanto desoladora para la comunidad educativa, pero que, aunque difícil, asegura, Gómez Trinidad, tiene remedio. «En cuestión de política, sociedad y educación todo tiene solución, aunque no es fácil, porque los grandes valores es mucho más dificil perderlos que recuperarlos».