Calzados Pitillos lleva más de cuarenta años pisando fuerte. Desde Arnedo a España y desde ahí, a todos los mercados, la firma creada en 1981 ha conjugado la tradición arnedana (la localidad riojabajeña no necesita presentación como capital del calzado) con innovadores sistemas tecnológicos. Cuatro décadas después, Pitillos es una referencia, no solo nacional, en el segmento del calzado de confort.
El espíritu emprendedor de Antonio Hernández (hoy es su hija Silvia la heredera de este espíritu) fue lo que llevó a este trabajador arnedano del sector del calzado a abrir, a principios de los ochenta, un pequeño taller que serigrafiaba en las zapatillas deportivas la entonces popular mascota del Mundial de fútbol (1982), Naranjito.
Con unos principios tan modestos como sólidos y firmes, el taller fue creciendo, atreviéndose a lanzar pequeñas colecciones de calzado dirigido ya al público femenino. Desde el inicio, sus productos conjugaban la calidad, el diseño y, especialmente, la comodidad, uno de los grandes rasgos de los zapatos de la firma nacida en Arnedo.
El despegue definitivo de la compañía arnedana se produce a mediados de los noventa, cuando Antonio Hernández, con su carácter emprendedor y su visión a largo plazo, compra todas las reservas de yute, material que se utilizaba para las alpargatas pero que a mitad de la última década del siglo se convirtió en tendencia. Fue este el material que triunfó en el mercado a finales del pasado siglo.
A partir de este movimiento estratégico (que fue un gran paso para la industria del calzado), Pitillos experimentó un momento de crecimiento exponencial lo que le permitió poner las bases de lo que hoy es el grupo nacido en nuestra región.
Cuando decimos que Pitillos pisa fuerte no solo es una frase hecha. La empresa de Arnedo calza, cada año, a más de un millón de mujeres en todo el mundo.
Con el transcurrir de los años, Pitillos ha sabido ir asentando su crecimiento sobre sólidos pilares pero lo ha hecho sin perder de vista ni sus señas de identidad (calidad, precio y comodidad) ni la tradición centenaria que ha llevado a Arnedo a convertirse en una de las grandes capitales del calzado.
Este crecimiento sostenido le ha llevado a erigirse en uno de los grandes líderes del mercado del calzado.
Además de calzar los pies de más de un millón de mujeres, el sello Pitillos es una referencia del confort tanto en los mercados europeos (muy exigentes en todo lo que respecta a diseño y estándares de calidad), como son el caso italiano o belga, y también en los latinoamericanos. A esta presencia hay que sumar su irrupción en los siempre competitivos escaparates de las zapaterías asiáticas.
Cada año, Calzados Pitillos se renueva con dos colecciones completas (Primavera-Verano y Otoño-Invierno) pero también permanece atento a las demandas del mercado para ofrecer nuevos modelos (zapatos casuales, de fiesta, deportivos, sandalias...).
En la última campaña, Pitillos puso en el mercado más de 350 modelos diferentes (con sus correspondientes variaciones de color), pero todos con la comodidad como esencia de la marca.
A lo largo de sus más de cuatro décadas de vida (y continúa ahora con Silvia Hernández, segunda generación de la familia), Pitillos ha tratado de ofrecer a sus clientes unos zapatos atractivos por su calidad y bonito diseño, pero que también permitieran el llevarlos puestos durante las largas jornadas de trabajo, de forma que no sea necesario elegir entre confort y estilo.
ELLEGADO. Silvia Hernández, hija del fundador de Pitillos y actual directora general, encarna la segunda generación de la familia que dirige la empresa. Calzados Pitillos y ella han crecido juntos, han aprendido de la mano. El corazón y la pasión guían sus pasos, siguiendo así el legado de su padre, un legado inquebrantable. Cuidar el producto, satisfacer a sus consumidoras y atender a las zapaterías es su objetivo al frente de Calzados Pitillos.