La Guardia Civil ha puesto este año el foco de la celebración de su fiesta en Logroño, con una semana institucional repleta de actos y un potente desfile con cientos de efectivos de sus distintas unidades por el centro de la ciudad. Los escudos, los vehículos y demás elementos distintivos del instituto armado han acompañado durante esos días la vida cotidiana de los logroñeses, casi 179 años después de que el Duque de Ahumada crease el cuerpo.
Precisamente, la capital riojana fue una de las primeras en contar con un cuartel de la Benemérita. El primer asentamiento de este cuerpo estuvo en el entorno de la calle Marqués de Murrieta, en un edificio extramuros que se inauguró el 13 de mayo de 1844. Este primer acuartelamiento lo conformaban una unidad de infantería y otra de caballería, procedentes de Burgos.
Las instalaciones en las que se asentó aquel primigenio destacamento correspondían a una antigua fábrica de cerillas. Será después del derribo de las murallas, como relata Taquio Uzqueda, cuando el edificio experimentó una remodelación, de manera que ofreciera un aspecto más acorde a los tiempos, con una tipología arquitectónica similar a los chalés que se erigían en el entorno de la calle Vara de Rey. Delante, contaba con un jardín y en uno de sus lados, con un pabellón destinado a los guardias.
Este edificio pronto se convirtió en un referente por ser un lugar en el que se realizaban desfiles y actos del cuerpo. Sin embargo, la expansión urbanística de la ciudad hizo que el cuartel quedase cada vez más rodeado por la trama urbana, al tiempo que el cuerpo armado requería más espacio.
Por ello, en 1967 el Ayuntamiento dejó reservado un espacio para construir un nuevo edificio en el ensanche del barrio de San José. El recinto debía levantarse en el empalme entre las calles Madre de Dios y Luis de Ulloa. Sin embargo, el proyecto se desechó y la Guardia Civil emplazó su sede en el antiguo Hospital Militar en la década de los 70. Las actuales instalaciones de la calle Duques de Nájera entraron en servicio en 1981, aunque hasta 2001 algunas unidades siguieron en el antiguo complejo militar.
El cuartel primitivo fue demolido y en el punto justo donde se encontraba se abrió la calle Benemérito Cuerpo de la Guardia Civil, perpendicular a la calle Murrieta y que enlaza por un lado con la Gran Vía y por el otro con la calle Javier Martínez Laorden.