La adopción internacional se hunde y la nacional cae la mitad

Feli Agustín
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Múltiples factores disuaden igualmente a las familias de dar el paso hacia este tipo de acogimiento y en la última década se constata un significativo descenso tanto para las foráneas como las españolas, en este caso más limitado

El año pasado se registraron en La Rioja 5 adopciones nacionales y ninguna internacional. - Foto: Óscar Solorzano

En 2010 fueron 76 familias riojanas las que se ofrecieron para adoptar -45 optaron por la nacional y 25 por la internacional-, el año pasado el número se redujo a 31, de las que 18 prefirieron las interiores y 12,  las extranjeras. Las familias adoptante presentan en los últimos años una significativa disminución, al igual que las adopciones materializadas, particularmente en el caso de las internacionales.

Con un pico de 5.541 adopciones internacionales registradas en  2004, durante la primera década de este siglo miles de niños llegaron a nuestro país, convirtiendo a España en uno de los principales países adoptadores del mundo, en concreto, el segundo tras Estados Unidos, una tendencia que replicaba La Rioja. Y en esta comunidad, en línea con lo acontecido en el escenario nacional, las adopciones internacionales han caído en picado en los últimos 15 años, y el pasado no se tramitó ninguna;de hecho, las 25 de 2009 suponen igual número que todas las materializadas desde 2015.                

De igual manera que se ha constatado un significativo descenso de las adopciones en el extranjero, las familias que se ofrecen para hacerlo han disminuido al mismo ritmo y los datos ofrecidos por la Dirección General de Servicios Sociales muestran un desplome desde las 47 de 2012 a las 6 del año pasado, el triple, no obstante, que las de 2 de 2022.

Son múltiples los factores que, según la Consejería de Servicios Sociales, han podido influir en esta caída en picado, entre las que menciona los cambios en los modelos de maternidad y paternidad, con mayor protagonismo de tratamientos de fertilidad o de la maternidad/paternidad subrogada o el impulso e implementación del acogimiento familiar. Menciona también causas de tipo financiero, como la crisis económica de 2008, o catástrofes naturales en algunos países, que impiden la continuidad de los procesos de adopción.

Servicios Sociales apunta  otros factores limitantes, como la mayor conciencia social de las dificultades de los procesos preadoptivos y posadoptivos o el cierre por parte de las autoridades españolas de la tramitación de procedimientos de adopción en determinados países ante la falta de garantías jurídicas y procedimentales. Pero no  solo el Gobierno español ha endurecido los trámites, sino que  los países de origen de niños y adolescentes la han restringido su número o la han circunscrito a menores con características o necesidades especiales, como enfermedad o discapacidad.

La mala imagen internacional de los estados que se ven obligados a enviar a sus menores con familias de otros países, por incapacidad de protegerles, o el hecho de que primen la permanencia de los niños en su entorno mediante la adopción por sus propios ciudadanos u otras medidas de protección son también circunstancias que han podido frenar las adopciones internacionales.

Las adopciones españolas en el exterior mantienen una linea descendente similar a la que presenta La  Rioja y fueron 153 los menores adoptados,  menos de la mitad que antes de la covid -cuando llegaron a 375- y muy lejos de las cifras de hace una década, cuando se rozaban los 1.200 menores, o de los más de 3.000 del año 2000. La mayoría de los niños que llegaron a nuestro país, según los datos del Ministerio de Infancia y Juventud, provinieron el año pasado de Vietnam,  India, Hungría y Madagascar.

¿Y las nacionales? Pues sin que las cifras sean tan elevadas como en el caso de las adopciones internacionales, también en los últimos 15 años se aprecia un descenso considerable del número de familias que se ofrecen para este tipo de acogimiento, aunque, resalta el departamento riojano de Servicios Sociales, esta mengua es más ajustada al número de menores susceptibles de ser adoptados. 

«Si bien no se puede determinar las causas del descenso del número de ofrecimientos, en lo que respecta a la adopción nacional, sí que se evidencia un cierto equilibrio de forma natural entre los menores susceptibles de ser adoptados y las familias con declaración de idoneidad para ello», reflexiona al respecto de unas cifras, que muestran que el año pasado se adoptó a cinco niños, mientras fueron ocho en 2010, una disminución muy inferior a la  producida en el escenario internacional. Lo mismo sucede en el caso de  las guardas con fines de adopción formalizadas, que fueron 7 en 2010 y cuatro el año pasado.