El deseo de muchos logroñeses, tanto ciudadanos como asociaciones, de poder volver a ver películas en pantalla grande sin salir del centro de la ciudad podría hacerse realidad a medio plazo, aunque no parece tarea fácil. De ello, se encargaría una empresa que, hasta ahora, ha podido salir triunfante, aun nadando a contracorriente, de retos similares.
El 10 de julio de 2020, en plena pandemia, abrían en el distrito de Arganzuela de Madrid los cines Embajadores, con tres salas en una antigua sucursal bancaria. También en plena ola del covid, cerraban los únicos cines que permanecían en funcionamiento en Logroño, los Moderno, que no han vuelto a abrir desde entonces.
Los Embajadores, contra todo pronóstico en un época de cierre continuado de cines, han logrado abrir tres nuevas salas el pasado septiembre, Embajadores Río, en el distrito de Arganzuela de Madrid- e inaugurarán este año en Oviedo, que al igual que Logroño carece de cines en el centro, las primeras salas fuera de la capital de España.
En esta apuesta por seguir extendiendo la cultura cinematográfica por diferentes ciudades del país, los cines Embajadores -denominados con el nombre del primer barrio que les acogió- confirman su intención de instalarse en Logroño, aunque sin precisar fecha ni ubicación concreta.
Así lo explica Fernando Lobo, encargado de Programación, marketing y comunicación de las salas, que explica que la estrategia sobre la que se sustenta la filosofía de la empresa es, empezando desde Madrid, intentar recuperar el espíritu de los cines de barrio, «que los ciudadanos cuenten con cine cerca de su barrio». Dentro de esta política, confirma que una de las ciudades en las que tiene la voluntad de instalarse es Logroño, que carece de cines en el centro una vez cerrados los Moderno, instalaciones en la que reconoce «que se han fijado», pero que han descartado.
Lobo señala que las instalaciones del Moderno no se ajustan al modelo que defiende Embajadores, con menos salas y más pequeñas -en Oviedo están previstas cuatro de 130, 90, 55 y 30 butacas-. «Apostamos por espacios más reducidos, aunque con los mejores equipos del mercado, pero sin propuestas tan grandes», señala el representante de estos cines, que apunta que abrir un cine no es fácil. «Se necesita un local en condiciones, que esté en la zona adecuada, un local con trecho altos y sin columnas que no impidan ver la pantalla, además de cumplir una serie de protocolos», señala.
Todo igual. Por su parte, los actuales propietarios del cine Moderno, una firma bilbaína, propietaria de los Coliseo, aseguran que, de momento, todo sigue igual.
Mientras tanto, la plataforma ciudadana El otro lado del Moderno, que reivindica su reapertura, reitera que es un proyecto viable, como lo ejemplifica el hecho de que en 2019 pasaron por las salas 200.000 personas. «Reconocemos que se trata de una propiedad privada», señala Mariano Moracia, miembro de la plataforma, que recuerda, no obstante, que parte de la dotación del espacio es cultural y entiende que así debe seguir.
Narra las conversaciones mantenidas con grupos culturales, que les han manifestado la dificultad de disponer de la sala Gonzalo de Berceo por lo que considera que puede convertirse en un espacio cultural polivalente. Informa de encuentros con el equipo de Gobierno, partidario de que su uso se siga manteniendo, al igual que el resto de grupos municipales, que coinciden «en que es un espacio cultural que no de puede perder». Con esta idea, les recordarán el compromiso adquirido antes de las elecciones y su apuesta por recobrar cienes en el centro.
'Cinema Paradiso', mañana a las 6
Una de las grandes películas que retratan el amor al cine es la italiana Cinema Paradiso, que narra la historia de Salvatore, un niño de un pueblecito italiano en el que el único pasatiempo es ir al cine, cuyas imágenes en movimiento le hacen suponer que se trata de magia hasta que Alfredo, el proyectista, le explica los misterios del cines. Esta es la cinta que ,precedida por una introducción, ha elegido la plataforma El otro lado del Moderno para reivindicar, en forma de proyección cinematográfica, la reapertura de las salas de la plaza Martínez Zaporta.
Se podrá ver mañana, con carácter gratuito, en el Ambigú del Moderno, cuyo propietario, Mariano Moracia, relata que el objetivo de su proyección es «reivindicar» la presencia de cines en el centro de Logroño y mantener la antorcha viva de su reapertura.
Cinema Paradiso, que culmina con la vuelta a casa de su protagonista, logró infinidad de premios, incluido el Oscar a la mejor película de habla no inglesa en 1990. De igual manera, los promotores esperan que el cine vuelva a la que ha sido -en distintas etapas- su casa.