El ministerio de la Función Público ha admitido recientemente oficialmente que el número de funcionarios y en general, del personal adscrito a alguna administración pública es considerablemente más elevado que el registrado en referencia a enero de 2023. De hecho, eleva la cifra en 294.000 trabajados al servicio de lo público entre «personal laboral temporal con contratos de una duración inferior a seis meses» y otros inmersos en formación o prácticas. Pasa el balón, fundamentalmente a las comunidades autónomas aunque en el caso de La Rioja se desconoce el impacto de esta nueva metodología de contabilizar el personal vinculado a las administraciones.
Lo que sí es cierto es que según los datos del Ministerio, la Comunidad riojana, la Administración del Estado en La Rioja y las entidades locales de la región suman ya, por primera vez en la historia, 20.000 trabajadores al servicio de lo público. Exactamente, 19.848, una cifra que supone 1.500 más que en el mismo mes de 2022 y cerca de tres mil más que en enero de 2021.
Ahora bien, el Gobierno de La Rioja desconoce este cambio metodológico por supuesto por el ministerio de la Función Pública y de hecho, los datos proyectados por el Estado y los que obran en posesión de la Comunidad no cuadran. Según el Ejecutivo regional, en enero de 2023 había 13.461 trabajadores en sus diferentes modalidades adscritos a la administración autonómica pero según el desglose del Ministerio, la misma administración riojana tenía 14.298 empleados al servicio de lo público. Una diferencia nada desdeñable de 837 trabajadores.
Se trata de un «ajuste» como define el propio Ministerio que modifica la contabilidad del personal adscrito a las administraciones públicas en la contabilidad de enero del pasado ejercicio 2023, pero también en el boletín que de forma periódico publica el Estado en el mes de julio. Tras la conclusión del calendario escolar, el personal vinculado a la Comunidad autónoma de La Rioja desciende hasta los 14.023. Una disminución coyuntural que puede responder, según el sindicato Star, a las bajas laborales que se continúan produciendo entre docentes, es decir, profesores de diferentes niveles formativos que concluyen contrato en junio y se les vuelve a contratar en septiembre coincidiendo con un nuevo inicio del calendario escolar.
Los motivos. Sara Chandro, secretario general del sindicato Star La Rioja, con la cautela que implica el cambio meteorológico del Ministerio, considera que «puede deberse a una serie de plazas que no aparecían reflejadas por cuestiones presupuestarias y que ahora se han regulado y ya son estructurales». Dicho de otra forma, «plazas que ya existían pero que no estaban reflejadas».
De hecho, tal y señala el ministerio de la Función pública, la diferencia de los datos se focalizan en el personal público adscrito a la Comunidad autónoma mientras que las diferencias en las entidades locales son inexistentes y entre el personal vinculado a la Administración del Estado con sede en La Rioja refleja una diferencia de 75 empleados públicos.
Todo ello al margen de los procesos de estabilización de los empleados públicos.
«La demanda asistencial crece y no se cumple la ratio profesional usuario»
La plantilla adscrita a las tres administraciones públicas mantiene una tendencia al alza a lo largo de los años, y en especial, desde que la pandemia del covid-19 despertara la necesidad de más personal sanitario e incluso docente. De hecho, en enero de 2022 había 11.645 trabajadores vinculados a la Comunidad autónoma de La Rioja, es decir, 2.653 menos que en el mismo mes del pasado ejercicio 2023.
«Muchas de las plazas creadas durante la pandemia se han mantenido y consolidado», detalla Sara Chandro. Ahora bien, existen diferentes necesidades según las áreas. A modo de ejemplo, la secretaria general de Star La Rioja se refiere a todo el ámbito asistencial donde existen ratios establecidas que «no se están cumpliendo».
Desde el Sindicato de Trabajadores de la Administración Rioja, reivindican una vez más «que se ajuste el número de plazas públicas a las necesidades reales de cada servicio». En este sentido, Chandro tiene claro que «en la mayoría de los casos sería necesario incrementar plantillas».
En áreas como Servicios Sociales, por ejemplo, «existen ratios», la única forma de medir desde una perspectiva objetiva la necesidad de personal al servicio de áreas concretas pero «no en todas es posible».
Pero tampoco las ratios convencen a todos. Star considera que «que el baremo entre profesional y usuario debería ser mayor, es decir, más profesionales por usuario o paciente», señala Chandro. «No en todos los casos se cumplen -prosigue- ya que están a mínimos y en cuanto hay una ausencia, no siempre se cumple».
Por otro lado, Star pone el acento «en el incremento de la tarea asistencial por incremento de usuarios, más necesidades de atención ante un perfil de mayor dependencia», concluye.