Tras casi seis meses en obras de remodelación, que han condicionado su tiempo de apertura, la Biblioteca de La Rioja ha recuperado si horario habitual. Ubicada en las instalaciones de la antigua Tabacalera de Logroño, la actuación ha supuesto una inversión cercana a los 470.000 euros, de los que 397.000 los ha aportado el Ministerio de Cultura, su titular, y 70.000 el Gobierno de La Rioja, que ha permitido la actualización de espacios con diseños más atractivos, la creación de otros, y la reordenación de los usos. Así lo cuenta su director, Josu Rodríguez, que informa de que los dos focos principales de la intervención, además de los baños, que han sido reformados por completo, han sido el vestíbulo y la sala de lectura.
La entrada del edificio muestra un cambio muy notable, con nuevos mostradores, donde se han centralizado servicios antes dispersos por varias salas para racionalizar recursos. Además de punto informativo, se puede solicitar la expedición de carné, recargar la tarjeta de la fotocopiadora, o la realización de autopréstamos o devoluciones, un servicio muy extendido, ya que superaron la mitad de las transacciones el año pasado, al registrarse 75.000 de un total de 154.000. «El objetivo es evitar que los usuarios se vayan desplazando por la Biblioteca para realizar trámites», señala Rodríguez, que indica que en cada sala hay personas de información.
El otro gran espacio que ha visto un cambio sustancial es la sala de lectura, que se ha dividido en dos partes claramente diferenciadas, para separar la zona de estudio y consulta de la de lectura de prensa (hemeroteca), que ha adquirido un aspecto más cómodo, atractivo «y digno».
Se ha reutilizado el mobiliario existente y se ha introducido un mueble nuevo para delimitar claramente ambas zonas que además, es mesa de trabajo, puesto para investigadores, un amortiguador acústico, conducto de instalaciones, la lámpara y funciona como respaldo de los viejos revisteros también renovados. En la reconversión del espacio se han reducido el número de puestos de lectura, de 168 a 164, pero se han dotado de enchufes individuales.
Se han aprovechado las moquetas de otras obras pasadas para realizar un nuevo «canino puzzle» que amortigua el ruido de las pisadas. «Se ha pintado de blanco y lacado el mostrador», explica Rodríguez, que informa de que se han sacado miles de ejemplares de la sala de lectura. «Durante las obras hemos movido 45.000 libros», explica el director de la Biblioteca, que apunta que el problema de espacio que sufre se ha solucionado gracias al traslado de 13.000 a un bajo del Gobierno de La Rioja, Allí, informa, se han ubicado miles de libros «maravillosos, pero que nadie consulta», como enciclopedias o diccionarios.
En el segundo piso, en la galería que mira al patio, se han dispuesto pequeños espacios de lectura, con sofás orejeros en un ambiente con luz y alfombras, «más doméstico, más cercano al concepto de biblioteca actual, más atractivos para jóvenes» con nuevos criterios de uso de los espacios.
Accesibilidad. La accesibilidad también ha experimentado un profundo proceso de mejora, tanto auditiva -en el salón de actos y la recepción-, además de nueva señalética braille y nueva rampa de acceso al patio. Se ha añadido zonas con pavimento, suelo podotáctil para facilitar el desplazamiento de personas con ceguera.
El director relata que en el presupuesto se contemplaba una partida en caso de detección de amianto -una circunstancia que no se ha producido- y, gracias a la «flexibilidad», tanto del Ministerio de Cultura como de los encargados de la obra, se han reconducido a la realización de actuaciones que no estaban previstas. Así, se ha pintado el hueco de la escalera y se han instalado un nuevo armario de telecomunicaciones. «Hemos aprovechado el 100% que nos han destinado», presume.
La Biblioteca de La Rioja, que cuenta con 33 trabajadores, dispone anualmente con 100.000 euros para comprar material, entre ellos 3.000 libros. Como biblioteca regional, conserva todo el material que se edita en La Rioja o relacionado con ella y todo lo anterior de 19548, «además de todas las webs de interés» para esta tierra.
La cifra de libros que está en circulación simultáneamente es de 4.000.