El acrónimo de Zona Oeste Comercial viene pintiparado para explicar que las confluencias de las calles Gonzalo de Berceo y Murrieta, las dos arterias que dan sentido al barrio a las que confluyen Industria, La Campa, Beratúa, Ramírez de Velasco, Trinidad o Benemérito Cuerpo de la Guardia Civil, entre otras, son el gran zoco de Logroño. ZOCO, la entidad que aglutina a todas estas tiendas de proximidad, reúne a 67 negocios lo que la convierte en la asociación comercial con más adheridos de todas las que conforman el tejido comercial logroñés. «Y eso», indica Carmen Pablo Esteban (Murillo de Río Leza, 1958), «que llegamos a ser unos 120».  

La presidenta de ZOCO, que confía en que poco a poco se pueda recuperar el vigor de antaño, está satisfecha con la implicación de los negocios de barrio. Su asociación da cobijo a negocios hosteleros pero también a tiendas de alimentación («panaderías, frutas y verduras, carnicerías, charcuterías», enumera), de complementos, de ropa, de pintura así como librerías o ferreterías. «En ZOCOte encuentras de todo», presume con orgullo.

Los comerciantes de la zona oeste «estamos resistiendo bien y eso que la pandemia de Covid nos afectó a todos mucho». «Fue la época», prosigue, «en la que más negocios se borraron aunque, por ejemplo, en ZOCO hemos tenido en una semana cuatro altas». Tanto la presidenta como la mayoría de los miembros de la asociación «somos optimistas y proactivos».

Carmen Pablo, como su marido, proceden de familias dedicadas al comercio, uno de las tres patas sobre las que, históricamente, se ha apoyado la economía logroñesa. «Soy optimista porque la capital riojana siempre ha tenido un comercio muy importante y creo que si todos ponemos de nuestra parte se puede salir adelante», implica. Por todos, la presidenta de ZOCOentiende: «Las tiendas y las asociaciones, las administraciones y los clientes».

Desde su asociación se insta al Ayuntamiento a que se recuperen iniciativas que, en el pasado, fueron muy útiles.

Así, entre las propuestas se insiste en la necesidad de que todos los logroñeses conozcan, de primera mano, la variedad comercial existente en la ciudad. «Sé que existió en su día un tren turístico que recorría diferentes zonas de Logroño y era una herramienta útil y cómoda para poder descubrir, con tiempo, lo que te puede ofrecer otro barrio», rememora.

Desde ZOCOtambién se apuesta por la dinamización cultural: «Cuando se han hecho actuaciones musicales de pequeño formato ha funcionado muy bien».

Igualmente los negocios de la zona oeste apuestan por la entrega de «vales de compra», medida complementaria a los bonos ya en uso pero con el objetivo de que llegue a la clientela de mayor edad de los diferentes barrios logroñeses.

Todo ello se conjuga con la importancia de «poner en valor el pequeño comercio». «Somos conscientes de que las grandes superficies se lo ponen muy fácil a las familias porque, además de aparcar el coche, pueden también 'aparcar' a los niños, y hacer la compra, pero los logroñeses tienen que ser conscientes de la importancia de las tiendas para dar vida a los barrios», enfatiza Carmen Pablo.

ZOCO agradece el impulso municipal para «fomentar todas las zonas comerciales de la capital riojana, sin distinción» porque, en su opinión y la de sus asociados, «el comercio logroñés y la ciudad de Logroño tienen armas para que el comercio vuelve a funcionar como antaño».