El Senado de Argentina ha rechazado este jueves el decreto de desregularización de la economía propuesto por el presidente, Javier Milei, denominado 'Decreto de Necesidad y Urgencia' (DNU), que incluye 300 leyes para implementar variaciones en el mercado laboral y planes de salud, la derogación de la ley de alquileres y la privatización de empresas públicas.
La Cámara Alta ha decidido rechazar el decreto con 42 votos en contra (en su mayoría del kirchnerismo), 25 a favor (de La Libertad Avanza, formación oficialista, y sus socios) y cuatro abstenciones. La medida, que está en vigor, tiene que recibir también la negativa del Parlamento para que caiga.
Por tanto, esta estrategia dependerá ahora de lo que ocurra en la Cámara de Diputados, donde el oficialismo tendrá un poco más de margen para conseguir una aprobación que ratifique la norma, si bien puede ser la primera en ser derogada por ambas cámaras.
Milei ha reaccionado al resultado de la elección, si bien no ha sido ninguna sorpresa ya que en la víspera calificó de "apresurado" el tratamiento en el Senado del decreto, en lo que se entendió como un ataque a su 'número dos', Victoria Villarruel, quien tomó la decisión de convocar la sesión en la Cámara Alta.
"Lo acontecido hoy en la Cámara de Senadores de la Nación atenta contra la convocatoria del presidente", ha lamentado haciendo referencia al Pacto de Mayo, un acuerdo de consenso de varios puntos con los gobernadores de las 23 provincias argentinas y el jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
En este sentido, ha criticado que "la misma cámara que ha habilitado casi 500 DNU del kirchnerismo, se ha encargado de rechazar" el de Milei a solo tres meses de su toma de poder. "Resulta imposible interpretar esta decisión de otra manera que como un intento de socavar el Pacto de Mayo, el Gobierno Nacional y el cambio elegido por los argentinos", ha manifestado.
El mandatario argentino ha subrayado que el mencionado pacto era un "acontecimiento histórico sin precedentes" dirigido a "todos los integrantes de la dirigencia política sin distinción partidaria" y que había sido "largamente demandado por la clase política durante décadas pero que nadie ha osado convocar" y que "requiere necesariamente de la buena voluntad de todos los sectores de la vida política nacional".
"El presidente planteó dos alternativas: el acuerdo o la confrontación. Ha llegado el momento de que la clase política decida de qué lado de la historia quiere quedar", ha concluido, según reza un comunicado de la oficina presidencial.
El miércoles Milei había expresado "su preocupación por la decisión unilateral de algunos sectores de la clase política que pretenden avanzar con una agenda propia e inconsulta, a fin de entorpecer las negociaciones y el diálogo entre los distintos sectores de la dirigencia política".
La relación entre Milei y Villarruel ha mostrado signos de tensión con anterioridad. De hecho, ella había reclamado (y el mandatario le había prometido) el Ministerio de Seguridad, otorgado a Patricia Bullrich; y el de Defensa, a Luis Petri.