Logroño Deporte ha hecho suyo aquello de mens sana in corpore sano, expresión latina que es toda una declaración de intenciones por parte de la empresa municipal. Desde el confinamiento sufrido por toda la población logroñesa en marzo de 2020, la institución dirigida por Rubén Antoñanzas ha redoblado su esfuerzo por universalizar la práctica deportiva.
Por eso, en estos años ha permitido que el material renovado de las salas de musculación gestionadas por Logroño Deporte, así como la maquinaria perteneciente al Club Deportivo Logroñés y que durante lustros estuvo depositada en un almacén del Estadio de Las Gaunas, haya sido entregado a instituciones que, por diversos factores, no pueden acceder a este tipo de instrumentos que mejoran la salud de sus usuarios.
Si durante el confinamiento, Logroño Deporte llevó a los hogares de muchos atletas recluidos este tipo de maquinarias, recientemente han sido la Cocina Económica, el Club Deportivo Varea y la Federación Riojana de Tenis las que han recibido diversos aparatos cardiovasculares y de peso (bicicletas estáticas, elípticas, remos, bancos de abdominales, pesas, mancuernas, barras lastradas, espalderas) para mejorar las prestaciones de una entidad centenaria como la Cocina Económica y mejorar la forma física de los futbolistas del Varea y tenistas.
Usuarios de bicis estáticas en la Cocina Económica. - Foto: IngridLa última institución en beneficiarse de esta cesión ha sido el Centro Municipal de Acogida que, de la mano de Logroño Deporte, contará en próximas fechas con un gimnasio para el uso y disfrute de todas las personas a las que el Centro da servicio.
«Acercar la práctica deportiva a toda la población, sobre todo a aquellos sectores que por unas causas u otras tienen más dificultades de acceso, es uno de los principales objetivos de Logroño Deporte», reseñó el concejal Rubén Antoñanzas. «Es un gran orgullo que estas máquinas y este material, que ha sido retirado pero que está en perfectas condiciones de uso, puedan beneficiar a otras personas», agregó a continuación.
«En esta Legislatura me impuse la tarea de aprovechar al máximo los recursos de que Logroño Deporte disponía. Aquí no tiramos nada porque puede servir para ayudar a otras personas, asociaciones, e incluso para darle un nuevo uso nosotros mismos», destacó Rubén Antoñanzas. El origen de estas iniciativas tuvo lugar durante el confinamiento aunque, a la conclusión de éste, Logroño Deporte decidió prorrogar esta experiencia con el objetivo de beneficiar al mayor número posible de entidades y de practicantes: «Ceder parte de nuestro material fue una experiencia muy bonita porque llevamos estos aparatos a las casas de los deportistas que no podían salir a entrenar. Lo estaban pasando francamente mal. Fue una satisfacción poder paliar con nuestras máquinas la situación de inactividad que estaban padeciendo».