La sinceridad ha sido uno de los elementos que siempre han estado presentes en las ruedas de prensa del entrenador de la Unión Deportiva Logroñés, Diego Martínez. Y si hace dos domingos llegaba a la sala de prensa de Las Gaunas con lágrimas de emoción («Soy muy pasional») por haber conseguido llegar a la última fase por el ascenso, ayer no pudo ocultar su tristeza, la de un entrenador inconsolable que se despidió con lágrimas en los ojos del municipal logroñés.

«Lo de hoy es es de quitarse el sombrero, es una de las mejores aficiones de España y quiero pedirles perdón porque cuando algo lo sientes como tuyo, lógicamente, lo sientes mucho más. Quiero agradecerles todo y pedirles perdón porque queríamos ganar, sobre todo por ellos. A partir de ahí, el partido hemos entrado bien, dominando, pisando área rival. No hemos tenido al principio ocasiones claras pero hemos confiado en que el desgaste nos iba a dar esas ocasiones. Ellos han acabado la primera parte muy cansados y nuestra idea era seguir igual en la segunda y meter gente de refresco, para hacer ese gol que nos abriera la puerta a que ellos tuvieran que arriesgar un poquito más. Con el gol recibido todo se nos va a al traste», detalló.

El míster reconoció que el Marbella había sido mejor: «es de justicia reconocerlo». «Les he dado la enhorabuena porque son un equipo que me ha encantado. Son justos vencedores, nos toca asumir nuestros errores y dar mucho valor a la cantidad de gente que ha venido». «Lógicamente si en 180 minutos no marcas, estás eliminado. Hay que reconocer la superioridad de ellos, han hecho un trabajo fantástico y en la ida haciendo un partido parecido al nuestro consiguieron sacar una ventaja importante y aquí lo han defendido muy bien, han sabido aguantar los momentos malos y se lo han merecido», analizó.

Martínez, que pidió llenar Las Gaunas para este partido final, vio su deseo concedido y afirmó que «no puedo pedir más, solo puedo agradecer el cariño que nos han mostrado». «Ver Las Gaunas como hoy, recordar tiempos pasados... estoy convencido de que si el club tiene esta masa social detrás, tardará más o menos pero llegarán tiempos bueneos para el fútbol, piedra a piedra, paso a paso. Lo importante es lo que queda», explicó un entrenador que no quiso seguir fustigándose «la vida sigue, no acaba aquí, hay que perseverar y seguir intentándolo. Mañana nos levantaremos y será otro día».

Por último, respecto a su futuro, bromeó mencionando que «hoy diría que no me vuelvo a sentar en un banquillo nunca más. Dormiré con mi mujer, veré a mis hijas y a ver qué pasa. Ya veremos», terminó la última rueda de prensa de la temporada el entrenador de la UDLogroñés.