Aresol varía sus plantas solares para salvar una laguna

G.B.
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El Gobierno acepta que la compañía busque otra aportación de agua al humedal de Hervías al resultar imposible de cumplir la solución que se establecía en la declaración de impacto ambiental

Imagen de la laguna de Hervías. Al fondo se aprecian las instalaciones para algunos de los parques fotovoltaicos proyectados en la zona. - Foto: Óscar Solorzano

La compañía de energías renovables Aresol se ha topado con un imprevisto en el desarrollo de su potente proyecto para construir nueve parques fotovoltaicos en Rioja Alta y busca ya soluciones al respecto. El problema ha surgido al resultarle imposible a la empresa cumplir con una de las condiciones de la evaluación de impacto ambiental positiva que la Administración regional había formulado para las nueve plantas del proyecto Casafuerte, que consistía en conducir agua hasta la laguna de Hervías, próxima a algunos de los parques, desde la red de regadío. 

La promotora de los parques solares informó a la Dirección General de Calidad Ambiental, Cambio Climático y Agua del Gobierno de La Rioja de la «negativa sin paliativos» de la Comunidad de Regantes de la zona a autorizarle a usar sus infraestructuras de riego para cumplir con el aporte de agua exigido.

Ante ese contratiempo, la Administración regional autorizó a la compañía a buscar otros aportes de agua para la laguna que no fuera el de los canales de regadío. Como explica la Dirección General en una resolución publicada este miércoles en el Boletín Oficial de La Rioja, Aresol propuso medidas compensatorias, dado que la laguna de Hervías, un humedal declarado en su día área de interés singular, se encuentra cercana a los parques solares del proyecto Casafuerte y constituye un espacio de cría de aves acuáticas. Entre esas medidas, la empresa planteó acciones para garantizar el suministro de agua a este humedal, que en determinadas épocas sufre una bajada de caudal que compromete flora y fauna.

Con el fin de asegurar ese flujo extra de agua y cumplir las exigencias de evaluación ambiental, Aresol sopesó otra alternativa, consistente en extraer agua subterránea de dos parcelas agrícolas cercanas a la laguna, aunque el estudio hidrológico que encargó lo desaconsejó dado que podría afectar al nivel de la laguna por la proximidad de esos acuíferos.

Con estos condicionantes, Calidad Ambiental ha aceptado una modificación en las condiciones establecidas en la evaluación de impacto, de manera que no se le exija a Aresol llevar agua a la laguna desde el regadío próximo y en su lugar buscar otro punto de suministro que esté al menos a diez kilómetros de distancia. 

No compromete el proyecto. «La empresa promotora, Aresol, cumplirá con esta medida, igual que ha venido cumpliendo con todas las demás requeridas por la Administración», indicaron ayer fuentes de la compañía, que restaron trascendencia a esta modificación, que no afecta al desarrollo de los proyectos.  

«Se encuadra dentro del conjunto de medidas preventivas, correctivas y compensatorias que exigen las declaraciones de impacto ambiental favorables», una de las cuales ha resultado «de imposible cumplimiento» por lo que la compañía ha decidido redactarla de otra manera «con efectos similares y que resulte factible en su ejecución, apuntan las fuentes citadas. 

Nueve parques para generar más de un tercio del consumo eléctrico riojano 

Los nueve parques fotovoltaicos que promueve la compañía riojana Aresol con la denominación Casafuerte en los municipios de Bañares, Hervías y Cidamón sumarán una potencia total agregada de 360 megavatios, con una capacidad de generación de energía solar equivalente a más de un tercio de la electricidad consumida en toda La Rioja. Si su potencial de producir energía es enorme no resulta menor la inversión prevista de 320 millones de euros, como explica la compañía en su página web, que destaca que la puesta en marcha de estos parques solares supondrá una reducción de emisiones de CO2 de 220.000 toneladas al año. El proyecto presentado por Aresol compromete además generación de empleo en la zona de entre 30 y 50 puestos en la fase de ingeniería y desarrollo; de unas 600 personas durante la construcción, que durará en torno a año y medio; y medio centenar de empleos durante los 40 años de explotación previstos.