El CIBIR detecta palomas en Logroño con coronavirus aviar

David Hernando Rioja
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Los investigadores han analizado una muestra formada por 203 pájaros de este tipo y se detectó en 27

Un investigador le hace la prueba del coronavirus a una paloma - Foto: Cibir

El coronavirus es un virus que continúa viviendo entre los ciudadanos de todo el mundo. La diferencia es que ahora se conoce y se estudia más, por lo que hay una mayor protección.

La responsable del Laboratorio CRETAV de Logroño, Arantza Portillo, explica que su equipo se dedica a la zoonosis. Se refiere a las enfermedades que tienen los animales y que pueden compartirse con los humanos pero «desde el punto de la vigilancia y dentro de un grupo multidisciplinar en el que trabajamos veterinarios, farmacéuticos, biólogos, médicos y bioquímicos».

Otra de sus funciones es anticiparse a los posibles riesgos, y por ello, hicieron un estudio pensando en que muchas de las amenazas vienen de los animales. En concreto se centraron en las palomas porque «son animales urbanos que pueden estar mucho tiempo en contacto con las personas y con animales silvestres».

Relata que desde los meses de agosto y septiembre de 2021, y enero y febrero de 2022, recogieron muestras de 203 palomas, de las que 202 eran bravías y un ejemplar de tórtola turca. «Todas las aves estaban aparentemente sanas y para la toma de muestras se contó con la colaboración y el permiso de técnicos del Ayuntamiento de Logroño aprovechando el control poblacional de palomas en la ciudad de Logroño», indica.

Los coronavirus se clasifican en 4 géneros: alfa-coronavirus, beta-coronavirus, gamma-coronavirus y delta-coronavirus. «Alfa-coronavirus y beta-coronavirus afectan a personas, como el virus SARS-CoV-2, que es del segundo tipo. En cambio, el gamma-coronavirus y delta-coronavirus son virus que infectan aves silvestres como gorriones, aves, pavos o patos, entre otros», detalla Portillo.

Informa que si se diese a la vez una infección por SARS-CoV-2 y por otro coronavirus diferente en un mismo animal, ambos virus podrían intercambiar su material genético y podría emerger un virus nuevo de consecuencias desconocidas. «Por este motivo es importante saber qué virus están circulando en nuestro medio», asegura.

Portillo indica que desde el inicio de la pandemia de COVID-19, el virus SARS-CoV-2 se ha detectado en gran variedad de animales silvestres y domésticos, bien por infección natural o por contacto con humanos. «Esto se demostró en Europa con el hallazgo de un gato asintomático infectado por SARS-CoV-2 que convivió con un paciente de COVID-19 durante el periodo de confinamiento en España», recuerda.

Cuenta que las aves, en un principio, no parecían «muy sensibles» a infectarse con SARS-CoV-2 en los primeros momentos de la pandemia pero «la Organización de Agricultura y Alimentación de las Naciones Unidas (FAO) notificó que este virus ha infectado a pollos, patos y pavos en Nigeria durante 2021 y 2022. Esto indica que hay variantes del virus que se han adaptado a las aves», señala.

Tranquilidad. Arantza Portillo transmite un mensaje de tranquilidad. Explica que se extrajo el ARN (ácido ribonucleico) de las muestras y se realizaron pruebas de biología molecular basadas en la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) y en el análisis de secuencias (lectura de los componentes de los ácidos nucleicos).

Informa que en las muestras de palomas estudiadas no detectamos el virus SARS-CoV-2. En 27 de las 203 aves (13,3%) se detectaron otros coronavirus diferentes al virus SARS-CoV-2. Todos pertenecían al género Gammacoronavirus y dentro de él, al subgénero Igacovirus. «No se conoce que haya estudios similares realizados en España pero sí en otros países como Polonia, China o Finlandia en los que se han encontrado algunos virus similares».

Asegura que es «muy difícil» que este virus pase a los humanos pero «de vez en cuando, el azar hace que una de esas mutaciones progrese y se produzca el salto de la barrera de especie». «Generalmente cada uno está adaptado a su especie y no pasa nada, pero ya vemos que en el caso del gripe aviar se sigue un proceso de escalera en el que el virus se está adaptando», reconoce la investigadora.

Portillo también remarca la importancia de monitorizar la presencia de SARS-CoV-2 y de otros coronavirus a lo largo del tiempo. «Anticiparnos a la progresión de los virus con estrategias de vigilancia en el ámbito de Una sola salud puede contribuir a combatir de forma muy eficaz las enfermedades infecciosas», subraya.