En medio del debate nacional sobre la financiación que las comunidades autónomas aportan a sus universidades públicas, La Rioja se erige en la primera región que mayor aportación dirige a las arcas de su universidad pública. Una decisión estratégica mantenida en el tiempo por los diferentes ejecutivos riojanos desde el nacimiento de la Universidad pública riojana hace algo más de tres décadas y que en la actualidad supone un desembolso económico de 9.700 euros por alumno y curso. Y en este caso, y según los datos facilitados por la consejería de Educación, es el mayor aporte per cápita de todo el territorio nacional y muy por encima de otras comunidades uniprovinciales como Murcia (6.287 euros por alumno).
Miguel Ángel Fernández, viceconsejero de Educación, Universidades y Formación Profesional, alude precisamente a la pequeña envergadura de una institución académica que «como todas, tiene sus gastos fijos», lo que deriva en la necesidad de un mayor desembolso económico. Sin embargo, más allá de cifras absolutas, la forma más neutral, a juicio de Fernández, de medir el esfuerzo económico público en la educación superior viene del resultado que arroja el apoyo financiero (transferencias corrientes y de capital) por alumno dividido entre el Producto Interior Bruto per cápita. Y bajo esta fórmula más justa, en opinión del viceconsejero, La Rioja continúa en la segunda posición de la totalidad de comunidades autónomas con un 32,8% y tan solo por detrás de Extremadura (33,4%).
El debate, con una perspectiva cargada de tinte político, se centra ahora en las denuncias que hacen visible la agonía económica de un centro de referencia como la Complutense de Madrid. Una comunidad cuyo esfuerzo económico se sitúa muy próximo al 14%.
«Déficit». En cualquier caso, y suena a frase lapidaria, «la UR sería deficitario sin la aportación del Gobierno regional», señala Miguel Ángel Fernández. Por trazar un ejemplo de tal afirmación basta con comparar los 9.700 euros por alumnos que aporta la Comunidad riojana con las tasas y precios públicos por alumno y año que ascienden a casi 1.047 euros. Dicho de otra forma, cada uno de los alrededor de cinco mil alumnos que se forman en la Universidad pública de La Rioja deja un saldo negativo de aproximadamente 8.650 euros al año. Ahora bien, no se mide tanto este déficit en términos económicos sino más bien como una inversión estratégica, y así ha sido en las tres décadas de vida de la UR con administraciones públicas comandadas por diferentes colores políticos, que repercute en favor de la formación y el desarrollo de la región. El 15% restante procede de precios públicos, proyectos de investigación o colaboración con entidades privadas, entre otras.
Eva Sanz quiere fomentar alianzas con entidades de tinte privado
«El respaldo del Gobierno de La Rioja a la financiación de la UR es fundamental, es nuestra principal fuente de financiación». Ahora bien, la futura rectora de la Universidad pública riojana que tomará posesión de su cargo el diez de diciembre, matiza también que «siempre se trabaja en la búsqueda de financiación a través de otras vías», señala Eva Sanz. «Es el caso -prosigue- de las diferentes convocatorias de proyectos de investigación que publican tanto el ministerio de Universidades como la propia Unión Europea».
De cara al futuro, « también resultará interesante -continúa Sanz- explorar nuevas vías de financiación estableciendo, por ejemplo, alianzas con entidades que se muestren dispuestas a colaborar con el proceso de generación de conocimiento» en el ámbito universitario pública de la Comunidad autónoma riojana. Todo ello en aras de fortalecer el músculo financiero de la UR.