Logroño 'votó' por su patrón

Bruno Calleja Escalona
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El 11 de junio, la ciudad se mira en el espejo de su historia. En 1521, el día de San Bernabé, se libró del cerco francés. Desde entonces, honra al santo cumpliendo el voto prometido

La procesión de San Bernabé ha variado su itinerario, pero no su compromiso con el patrón. En la imagen, por la calle 11 de junio. - Foto: Archivo de Bruno Calleja

Las fiestas de San Bernabé son un hito ineludible para logroñesas y logroñeses. Con ellas se celebra el levantamiento del cerco que las tropas francesas, lideradas por el general Asparrot, aliado del rey de Navarra y hermano de la amante del rey de Francia, realizaron durante un breve periodo de tiempo a nuestra ciudad.

Este sitio se enmarca en el último intento de reconquistar el viejo reino de Navarra, anexionado a Castilla en 1512. Las tropas que asediaron a Logroño cruzaron el río Ebro por el vado de Agoncillo, a la altura del lugar de San Martín de Berberana, y desde allí se dirigieron al convento de San Francisco, desde donde coordinaron los movimientos con los que pretendían hacerse con la ciudad. Logroño contaba con un importante regimiento de soldados, por lo que el objetivo de las tropas no se consiguió y estas, únicamente se limitaron a ataques puntuales y por sorpresa. Sin embargo, la ciudad requirió más tropas para hacerles frente. Durante estos días, Logroño atribuyó a su protector, San Prudencio de Laturce, la muerte de uno de los generales galos, víctima de un rayo; un suceso que la mentalidad legendaria de la época atribuyó a una centella divina enviada por el santo en auxilio de los logroñeses.

Finalmente, las tropas del Duque de Nájera conseguirán hacer retroceder a los soldados franceses, que cruzaron el río Ebro en sentido inverso y se instalaron en el Soto del Rey, en Viana, de donde finalmente tuvieron que huir y luchar en la Batalla de Noáin.

Para exaltar la liberación de este cerco, que no consiguió rodear por completo Logroño, la ciudad hizo un voto a San Bernabé, dado que fue el día de su festividad, un 11 de junio de 1521, cuando cesaron los ataques. El Voto al patrón, del que solo se conserva una copia de 1538 en el Archivo Diocesano, establece una serie de acto que deben celebrarse año tras año. Entre ellos, la procesión del Santo Bernabé, que tomará el relevo a San Prudencio y que ha de celebrar todos los años, con presencia de las autoridades municipales. Y así sigue.

La imagen procesionada anteriormente gozaba del culto de los labradores, los mismos que lo sacaban en procesión. Ya en el siglo XVIII, serán los hijos de los regidores los encargados de llevar a cabo la comitiva, que con el paso del tiempo ha cambiado su recorrido, pero no su esencia.