Cuando todo el mundo pensaba que los discos de vinilo era un formato obsoleto condenado al olvido, la nostalgia y la apreciación por su calidad sonora los trajeron de vuelta. Sin embargo, a pesar del auge de su demanda, son muchas las tiendas de música independientes en España y en Europa las que han tenido que cerrar sus puertas recientemente, afectadas por los altos costes de alquiler, la gran competencia de grandes multinacionales y las dificultades económicas del sector.
En Logroño, la pasión de Daniel Pérez por la música le llevó a desafiar esta tendencia cuando en 2019 decidió abrir Re-loop, la única tienda de la ciudad dedicada a la venta de discos de vinilos. «Todos me decían que era un valiente porque no es un negocio con el que te vayas a hacer de oro, pero para mí no tenía sentido hacerlo si no era desde el corazón», confiesa el propietario, quien también es músico de varias bandas y en su momento sintió que en la capital riojana faltaba un espacio así.
Cuando Pérez decidió seguir a su corazón era consciente de algunas de las dificultades a las que iba a tener que hacer frente como la realidad de que las multinacionales puedan vender a un precio más económico. «Hace tiempo que esta guerra la di por perdida, pero hay que potenciar otros aspectos como la atención al cliente, el cariño y cuidado del embalaje o la protección del envío por correo», afirma. Sin embargo, no esperaba que las empresas al firmar contratos de exclusividad con las discográficas, le impidiesen acceder a algunos de los lanzamientos. «No puedo competir económicamente, pero es que tampoco puedo vender un disco que ni siquiera tengo, y esta guerra sí que empieza a ser un impedimento», lamenta preocupado.
El aumento constante de los precios tampoco resulta fácil de llevar porque pone al vinilo como un producto de lujo, fuera del alcance de muchos. En cuestión de un año, Pérez explica que algunos de los discos han llegado a experimentar una subida del 30%. «A mí me da verdadera rabia cada vez que tengo que subir un céntimo a un disco, pero el mercado no me deja otra opción», expresa el propietario. Y a pesar de ello, afirma que «todavía queda conciencia y apoyo a la compra local» por lo que agradece que haya quienes están dispuestos a pagar un poco más. No obstante, Pérez aclara que tiene otro trabajo por las mañanas «para sobrevivir», porque a pesar de que ha estado durante cuatro años al frente del negocio, lo considera necesario «por salud propia» y para quitarse de «problemas económicos y andar más holgado». «Yo no aspiro a ganar dinero con este negocio y mientras no haya pérdidas, lo intentaré mantener», asegura.
Desde la apertura, no solo ha mantenido a sus clientes habituales, sino que explica cómo el perfil de los compradores es muy diverso: «La música es universal por lo que vienen todo tipo de personas y aunque la población mayor vivió y mantiene esta cultura de comprar físicamente, también hay mucho público joven que se ha aficionado a ello».
Futuro. En este sector nunca se sabe lo que puede pasar y el día de mañana puede que vuelva a quedar en el olvido, pero son muchos los jóvenes que han apostado por este formato porque les apasiona dedicarle un tiempo a sí mismos y a disfrutar de la música como hace el dueño de Re-loop.
El auge del vinilo ha reavivado la pasión por la música tangible, transformando cada disco en una pieza mágica que va más allá del contenido sonoro, por lo que Pérez considera que el coleccionismo es un factor a tener en cuenta ya que «los artistas de hoy en día al ser conscientes de este auge, aprovechan para lanzar ediciones limitadas increíbles y se puede apreciar todo el trabajo que conlleva».
Por ello, a pesar de todas las dificultades que ha tenido que superar, el vendedor de vinilos es optimista y considera que los precios han alcanzado el máximo, por lo que espera una estabilización y aunque no sabe con certeza si es «una moda pasajera o algo más duradero», está convencido de que por su gran calidad «el vinilo no tiene competidor».