El código de la seguridad

Carlos Cuesta (SPC)
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Hacienda trabaja en un nuevo reglamento para que todas las facturas incluyan a partir de julio de 2025 un QR para verificar si los extractos emitidos están bien contabilizados y si la compañía cumple sus obligaciones con el fisco

El código de la seguridad

En un país donde la picaresca está a la orden del día, especialmente en lo relativo a pagar al fisco, la Agencia Tributaria trabaja en un nuevo reglamento que busca que todos los programas de facturación incluyan un código de seguridad QR para que los clientes puedan verificar si están bien contabilizadas sus compras y si la empresa emisora de las facturas cumple sus obligaciones con Hacienda.

Los nuevos recibos de pago que se emitan a partir del 1 de julio de 2025 deberán llevar impreso esta marca de seguridad en la que se incluyan todos los datos del extracto. De tal forma que tanto la compañía emisora como el cliente puedan remitirlo, si así lo estiman, a la Agencia Tributaria para comprobar que está todo bien declarado y, de no ser así, que pueda ser utilizado como una prueba documental para posibles denuncias.

La información requerida por Hacienda exige que el código QR lleve el NIF de ambas partes, el número de serie y de la factura expedida, así como también la fecha de emisión y el importe exacto contabilizado, detallando tanto el cargo real como los impuestos correspondientes aplicados en concepto de IVA y retenciones de IRPF.

Con esta reforma, los sistemas de facturación de todas las empresas dadas de alta tanto en Hacienda como en la Seguridad Social deberán estar listos para empezar a funcionar con las nuevas exigencias en los plazos marcados.

El órgano regulador establece con rigurosidad los requisitos que deben aplicar los sistemas y programas informáticos o electrónicos que ejecuten las facturas que expidan las empresas y autónomos a sus clientes y que, de esta forma, se dificulte al máximo la evasión fiscal que es el objetivo final.

Se trata de un control de calidad que permitirá al consumidor conocer con exactitud si lo que ha pagado por un producto o servicio es el que la organización suministradora ha declarado realmente al fisco.

En el momento que esta normativa entre en vigor, la factura, tanto si está en papel o en formato digital, deberá disponer del citado código QR en la que también aparezca codificada la llamada URL mediante un hipervínculo o enlace que pueda ser visualizada por un dispositivo electrónico.

Desde la Agencia Tributaria indican que en el caso de tratarse de un recibo electrónico no destinado a su impresión sino a un intercambio entre sistemas informáticos por medios electrónicos deberá contar la URL contenida en el código QR con un campo independiente.

Respecto al tamaño, tendrá que estar entre 30x30 y 40x40 milímetros y seguir las especificaciones de la norma ISO/IEC 18004.

El gran desafío de esta regulación es establecer la obligatoriedad de que los sistemas contables informáticos o electrónicos que soporten estos procesos administrativos y de gestión empresarial se ajusten a ciertos requisitos que garanticen su integridad, conservación, accesibilidad, legitimidad, trazabilidad e inalterabilidad. 

Una nueva metodología que certifica una hoja de ruta fiscal que garantiza la igualdad de todas las empresas y, además, contempla medidas de verificación de inspectores presenciales que podrán exigir el acceso completo al sistema que gestiona todos los registros de facturación, copias de seguridad... etc.

Unión Europea

En este contexto, desde Bruselas también se avanza en una legislación más ágil y eficaz que reduzca la morosidad, que es uno de los mayores problemas para las pequeñas y medianas organizaciones que en España representan más de un 90% del total.

El reglamento en el que se trabaja obligará, además, a efectuar los pagos entre empresas y Administración en un período máximo de 30 días, lo que constituirá un gran alivio para los pequeños negocios que sufren falta de solvencia por problemas de morosidad y no pueden hacer frente a su día a día por falta de liquidez.

Los contribuyentes experimentarán con el tratamiento digital de sus datos fiscales y contables un mayor control de su gestión pero, a cambio, gozarán de una mejor seguridad en las operaciones que realicen entre empresas y particulares lo que garantiza una gran eficiencia.

Simplificar y aumentar la recaudación 

El gran reto que la Agencia Tributaria se plantea con la aplicación de esta nueva tecnología busca, en primer lugar, facilitar el proceso tributario entre los contribuyentes a la hora de declarar sus impuestos y, a su vez, trata de incrementar en mayor medida la recaudación fiscal. El hecho de que se automatice este proceso va a permitir a Hacienda gestionar toda la información de una manera más ágil y con menos errores. Actualmente le llega por sistemas complejos y de esta forma podrá cruzar los datos de forma automatizada para corregir el fraude. Con toda la información que aporte el nuevo código QR se recepcionará gracias a potentes aplicaciones informáticas que actualmente están en plena fase de desarrollo.

Un nuevo sistema que busca la eficiencia en la gestión de facturas y que obligará tanto al pequeño comercio como a las pymes y grandes compañías una mayor tecnificación que favorezca la profesionalización de la gestión, así como un mayor crecimiento de las empresas tanto en innovación como en rentabilidad y competitividad. En definitiva, se mejora el proceso de gestión y facturación administrativa del tejido productivo nacional y, de forma paralela, se reducen enormemente las posibilidades de fraude y de pérdida de información gracias a una tecnología muy eficaz. Y en última instancia, permite que las organizaciones estén al día con el fisco a la hora de solicitar ayudas o tramitar sus impuestos.