La Rioja paliará, al menos en parte, el déficit de guardias civiles que arrastra desde hace años. El próximo mes de septiembre se incorporarán cincuenta nuevos agentes y lo harán en la Tercera Compañía, la de La Rioja Baja, que es la más afectada por una situación que ha precisado incluso del apoyo de efectivos de la Comunidad Foral de Navarra para garantizar unos servicios mínimos.
La medida se publicará el próximo lunes en el Boletín Oficial de la Guardia Civil tras un acuerdo alcanzado la pasada semana y que permitirá, entre otras cuestiones, que los cuarteles de Arnedo y Alfaro vuelvan a permanecer abiertos en jornada de mañana, de tarde y de noche.
Así las cosas, al cuartel de Alfaro se incorporarán catorce nuevos agentes; doce en Calahorra; otros doce en Arnedo; cinco en el puesto de Alcanadre; cuatro en el cuartel de Autol; dos en Cervera del Río Alhama; y uno en Aldeanueva de Ebro. La medida, aunque se ha hecho esperar, recibe el aplauso de Jucil (Asociación Profesional de la Guardia Civil) ya que si bien continúan sin completarse las plantillas, «sí permitirá alcanzar porcentajes entre el 70% y el 80%» en cuarteles considerados clave como Calahorra, Arnedo o Alfaro.
Una incorporación de agentes que se materializará después del verano, previsiblemente a mediados del próximo mes de septiembre y que «permitirá mejorar mucho la situación actual», tal y como detallan desde Jucil.
La Asociación Profesional del Instituto Armado considera que «las medidas de presión» ante la dirección general de la Guardia Civil e incluso ante la Delegación del Gobierno en La Rioja «han surtido efecto», señalan desde una de las agrupación que batalla por los intereses de la Benemérita.
Hay que tener en cuenta que las quejas trasladas desde Jucil se remontan a septiembre de 2022, cuando la Asociación denunció que faltaban 115 agentes en el ámbito de la Comunidad autónoma. Un año después, ya en septiembre de 2023, la misma agrupación profesional alertaba del empeoramiento de la situación y alzaba la voz ante un déficit de 150 guardia civiles.
Evidentemente, la incorporación de estos cincuenta nuevos agentes no colma las plantillas establecidas legalmente pero si viene a paliar una situación complicada y que dejaba acuartelamientos sin atención, fundamentalmente, en horarios de tarde y de noche. De hecho, en momentos concretos como las fiestas populares de diferentes municipios de La Rioja, la necesidad de agentes obligó a desplazar efectivos con destino en La Rioja Alta como Nájera, Santo Domingo de la Calzada o Haro.
Por su parte, el resto de compañías de la Comunidad, sin tanta necesidad de recursos humanos, se conformarán «con cuatro o cinco movimientos de carácter interno».
Sin renovación de vacantes. Todo ello en cuanto a la incorporación de nuevos agentes. Ahora bien, las especulaciones, con cierta base, pero que se mantienen en eso, en meras especulaciones, apuntan también a la reducción de unidades del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil a nivel nacional y que afectaría igualmente al servicio en La Rioja.
La Comunidad dispone actualmente de tres unidades en Autol, Ezcaray y en Logroño y las informaciones recabadas por Jucil apuntan a que se quedaría activa de forma exclusiva la de la capital riojana. Según traslada Jucil, «no se suprimirían los efectivos de las otras dos sino que se apostaría por no renovar las vacantes». Son, en cualquier caso, previsiones que han trascendido de tal forma que la organización ha trasladado recientemente un escrito a la dirección general de la Guardia Civil en la que plantean su preocupación. «La eliminación de unidades no solo implica la pérdida de varios efectivos, sino que también significa que los agentes restantes deberán cubrir un área geográfica mayor, lo que reduce significativamente la eficacia del servicio», incluyen en la misiva.
De la misma forma, la Asociación Profesional Justicia Guardia Civil hace constar que «la citada reducción de efectivos y unidades compromete directamente la capacidad de respuesta ante delitos contra el medio ambiente y de maltrato animal, áreas que requieren de una atención constante y especializada».
Analizan un solo cuartel en Fuenmayor y Navarrete
La idea de fusionar cuarteles en La Rioja en aras de una mayor eficacia y productividad continúa sobrevolando sobre las asociaciones profesionales de Guardia Civil e incluso se sumerge de lleno en el orden del día de las reuniones que se mantienen con los mandos de la X Zona. En el transcurso de la última, mantenida ya hace unos dos o tres meses, surgió la iniciativa de fusionar los puestos de las localidades de Fuenmayor y Navarrete. «Sería una buena decisión», tal y como detallan desde Jucil, aunque «ya se sabe que las cosas de palacio van despacio», advierten también desde la Asociación Profesional Justicia Guardia Civil sobre los plazos, de sobra conocidos, que maneja el Instituto Armado.
De hecho, allá por 2011 y 2012 ya brotó la idea de fusionar determinados puestos, fundamentalmente en la Tercera Compañía (La Rioja Baja). Un debate que se mantiene vigente pero en el que nadie ha adoptado decisiones concretas.
En el caso actual, el cuartel de Fuenmayor se erigiría en centro neurálgico para el municipio y para Navarrete que en la actualidad «dispone solo de un puesto auxiliar», argumentan desde Jucil.
En cualquier caso, la propuesta lanzada por la Asociación Unificada de Guardia Civil (AUGC) aspiraba en su día a dejar quince acuartelamientos como servicios de oficina y establecer tres cuarteles principales sumando los de Villamediana de Iregua y Haro al ya existente en Calahorra. Todo ello con el beneplácito de un futuro cuartel en la localidad villametrense que no termina de concretarse, al menos de momento.
En opinión de Jucil, «lo idóneo sería materializar una reagrupación de cuarteles en La Rioja Baja en Calahorra, Arnedo y Alfaro» con el objetivo de optimizar recursos y servicios.
Son ideas que sobrevuelan desde hace años en el marco de una reorganización de efectivos que a juicio de las organizaciones profesionales es absolutamente necesaria.
En cualquier caso, las medidas de una organización u otra caminan hacia la eliminación de los denominados «cuarteles fantasma» de los que dieron buena cuenta las Clarisas de Belorado en su objetivo de interponer una denuncia.