Hay personas que no han podido tener hijos pero quieren ampliar su núcleo familiar, ya sea porque biológicamente no han podido, son familias monoparentales o son del mismo sexo.
Estas personas pueden recurrir a varias métodos para tener un hijo o una hija, y uno de ellos es el acogimiento familiar. Este es el caso de la familia formada por Pablo y Javier, quienes acogieron a Pedro (nombres ficticios) hace un año y medio.
Pablo afirma que ser padre de acogida es la experiencia «más bonita que hemos tenido a lo largo de nuestra vida». «Eres un referente para el niño y un guía en muchos aspectos de su vida, aparte de cuidador y protector en su día a día. Disfrutas de vivir con él y todas las actividades que realizamos juntos».
Esta idea de acoger a un niño surgió cuando hace años tuvo una conversación con una amiga suya, quien le dijo que hacían falta familias de acogida en La Rioja. «En ese momento conocimos lo que era el acogimiento y algo nació en nosotros», asegura.
Recuerda que ambos tuvieron una reflexión como pareja para ver si podían dar este paso y acoger a un niño en su casa. «El motivo principal fue poder darle un hogar a un niño que lo necesita», apunta.
Su adaptación, asegura, ha sido muy buena, ya que «nuestro hijo tenía ganas de conocernos y de poder ir a vivir juntos, así que con ganas todo se lleva bien». «Hay que pensar que la adaptación puede ser difícil porque son niños y conocerse desde el principio puede ser duro, pero que nadie se asuste con esto. Pedro es un niño muy bueno que se portó como un valiente, por lo que lo llevamos muy bien», destaca su padre de acogida.
Afirma que las ventajas del acogimiento familiar son muchas y muy variadas. «Das una oportunidad de vida a un niño, vive con una familia que le proporciona estabilidad, puede desarrollarse en todos los aspectos de la vida, crece tanto física como sentimentalmente, y mil cosas más», enumera.
Proceso. Estos padres cuentan que el proceso de acogimiento ha sido «relativamente rápido», además de que «se vive todo con mucha expectación y cada paso que das te motiva para seguir».
Reconoce que cada acogimiento tiene su tiempo y hay veces que hay familias que tienen que esperar un poco más hasta que se les entrega un niño y en otros casos es más rápido, dependiendo su situación, pero «animo a que todas las familias de La Rioja den el paso y acojan a estos niños».
Otro aspecto que puede desalentar a la ciudadanía pueden ser los trámites burocráticos pero «no fueron tediosos», afirma Pablo. «Cuando vas el primer día a informarte y te comentan el proceso parece mucho. Pero luego no lo es tanto», asegura.
«Que nadie se eche atrás por este aspecto, ya que a pesar de que hay varios pasos que seguir se lleva bien. Además hay muchos profesionales que te ayudan con ello», remarca.
«Somos muy felices y poder tener un niño al que cuidar, querer, llevar al colegio o hacer planes es genial», concluye.