Si esta entrevista hubiera tenido lugar la semana pasada, apenas habría probado su tortilla de patatas. El sábado combatió, y venció por RSC(tres cuentas de su rival), en Burgos y antes de subir el ring tocaba cuidarse para no pasarse de peso, condicionante esencial en el arte de las doce cuerdas.
Hablamos con Cristina Alesanco (Lardero, 1999), púgil que el viernes fue premiada por la Federación Riojana de Boxeo con la distinción Crochet Femenino. Curiosamente, su golpe preferido es «el jab, el recto de izquierdas; me encanta soltarlo aprovechando mi altura», bromea.
La cita, regada con un café con leche y surtida con una buena ración de tortilla de patatas, tiene lugar en el Star Film, un bar de nombre cinematográfico y con afición al pugilato. No en vano, el boxeo es el deporte que mejor da en pantalla. A General Urrutia se acercan, habitualmente, muchos deportistas del Team Marín. Entre ellos Cristina Alesanco o Lola Marcos, hija de la dueña.
Comenzó a entrenar hace cuatro años y debutó un 4 de junio de 2022. Desde entonces, nueve victorias y cinco derrotas jalonan su currículo en el que, además del reciente galardón, figura un bronce en el Campeonato de España (pelea en categoría elite, menos de 60 kilos) y dos preseas más (oro y bronce) en el Nacional de clubes.
«Aunque tengo el recuerdo de ver a mi padre boxear en el gimnasio, fueron Iñigo (Marín) y Susana (Montiel) quienes me inocularon la pasión por este deporte», informa. Tras graduarse en laESDIR como diseñadora de moda (profesión que quizás algún día retome), le ha cogido el gusto a calzarse los guantes: «El boxeo me ha ayudado a romper mi timidez. Aunque se pueda pensar que es un deporte individual, es colectivo y requiere mucha disciplina. La gente se queda con la fuerza pero exige, sobre todo, técnica y estrategia».
Con la mente puesta en el próximo Nacional, en el que confía en hacerse con el oro, sabe que es «imposible» vivir del boxeo. «Empezó como un hobby aunque ahora ni me planteó dejarlo y eso que competir requiere un sacrificio económico», argumenta.«Tengo la suerte que vivo con mis padres pero el día de mañana, si me independizo, competir requerirá un gran esfuerzo», completa consciente que el boxeo «no está pagado» aunque ella sea una de las promesas de un deporte tan noble como amateur.