El trabajador al que se buscaba durante toda la mañana bajo los escombros del edificio derrumbado en la calle Juan XXIII de Logroño ha sido encontrado sin vida por los equipos de rescate, momentos antes de las 14 horas, según ha confirmado el concejal de Interior del Ayuntamiento de la capital, Francisco Iglesias.
Los expertos desplazados en el lugar del accidente creen que el infortunado obrero se encontraba realizando su tarea en el tercer piso cuando sobrevino el derrumbe repentino de la estructura de parte del inmueble, aunque su cuerpo sin vida ha sido localizado en el sótano del inmueble.
Aunque no han resultado dañados, como medida de precaución se ha ordenado el desalojo de los bajos comerciales más cercanos al edificio, así como de varias viviendas de los bloques más próximos a la zona del colapso.
Vista del lugar del derrumbe desde un patio interior de Calvo Sotelo. - Foto: José Urbaneja (Cedida)La mañana de este martes está resultando muy angustiosa en el número 8 de la calle Juan XXIII, desde de que hacia las 9,30 horas se venía abajo parte del edificio aledaño al colegio de Adoratrices, que estaba sometido a obras de reforma para reconvertirlo en una residencia de estudiantes.
En el derrumbe han resultado heridos dos trabajadores, que han sido trasladados al hospital San Pedro, y de un tercer obrero de las obras no se tenía noticias, lo que ha motivado que de inmediato se pusieran en marcha tareas de búsqueda para tratar de localizarle. Por desgracia, los intentos por hallar al trabajador atrapado con vida han concluido con el fatal desenlace del hallazgo del cadáver del operario. A la espera de que los peritos determinen las causas del hundimiento, se sabe que ha caido "de manera muy vertical", matizó el edil Francisco Iglesias.
En el operativo de rescate han participado numerosos efectivos de Policía Nacional y Local, Guardia Civil, efectivos de emergencias del SOS Rioja 112 y recursos sanitarios de La Rioja Cuida 112 y de Rioja Salud, con dos perros adiestrados para la búsqueda de personas, maquinaria pesada y un dron, entre otros equipos.
El edificio donde ha ocurrido el accidente, de unos 60 años de antigüedad, estaba siendo sometido a obras de reforma para reconvertirlo en una residencia de estudiantes. En origen fue también residencia femenina del colegio Adoratrices, aledaño al inmueble cuya estructura ha cecido, aunque llevaba varios años sin uso. La congregación religiosa dueña del colegio lo había vendido a una empresa que promueve residencias estudiantiles en distintas regiones y que planeaba su apertura para septiembre de 2024.