Apenas media hora permanecieron las esperanzas de creer que una victoria en el ABANCA Balaídos era posible. Avisó Aitor Larrazabal en la previa de que tenía «la certeza» de que su equipo no iba a disfrutar de seis ocasiones para anotar gol, sino que estas iban a ser dos o tres llegadas, de las cuales había que meter una para  conseguir la victoria. «Si por merecimiento no lo hemos conseguido, veremos a ver si tirando de practicidad y eficacia podemos llevarnos los tres puntos", afirmó.

No fue mal encaminado. La tuvo Óscar Fernández, en una acción por banda que pudo suponer el 0-1, pero su disparo se marchó lamiendo la madera de la portería defendida por Raúl García. Minutos después, llegó el primero del filial celeste, obra de Raúl Blanco. Y hasta tres veces más consiguió batir el equipo gallego a Ander Iru, que regresó a la titularidad de la portería blanquirroja diez jornadas después. Otro mal partido de la SD Logroñés a domicilio, con el que sumó su vigésima derrota de la temporada, más que cualquier otro equipo de los que comparten grupo con los blanquirrojos.

Y esta derrota provoca que su sentencia sea definitiva, a falta de confirmación matemática. Son diez puntos los que separan a la SD Logroñés de una salvación que se aleja jornadas tras jornada y ya solo quedan cuatro. El empate del Sestao River, equipo que ahora mismo marca la salvación, contra el Cornellà separa a ambos conjuntos por diez unidades a falta de doce por disputarse.

A partir de ahora, comienzan las cuentas. Y es que al Rayo Majadahonda, primer equipo en descender a Segunda RFEF, se le puede unir el próximo fin de semana la SD Logroñés. En el partido contra el Fuenlabrada, programado el próximo sábado a las 20h en Las Gaunas, una derrota ya certificaría el descenso de categoría. Y en caso de empate o victoria, habrá que estar pendiente del cruce del Sestao contra el Deportivo que empieza dos horas antes, dado que, en caso de victoria sestaotarra, la SD Logroñés también sería equipo de Segunda RFEF. Solo un milagro les puede salvar.