El rodillo es implacable, y ante un presidente de gobierno que no se pone límites y unos ministros con lealtad mal entendida porque dejan de lado sus principios para asumir los del líder, solo queda echarse a temblar ante lo que puede darse a lo largo de la legislatura.
Sánchez ya apuntaba maneras cuando al principio de su mandato emprendió lo que se llamó "asalto a las instituciones del Estado". Solo se le resistió el Consejo General del Poder Judicial, con mandato prorrogado desde hace cinco años, situación indeseable que los socialistas consideran ilegal, pero que ha contado con el apoyo del PP y parte destacada del Consejo, que se negó a aceptar la iniciativa del gobierno de cambiar las mayorías necesarias para la elección de los nuevos miembros. Pero Sánchez se hizo con la mayoría del Tribunal Constitucional con presidente afín a su ideología, aunque Conde Pumpido insiste en que no se moverá ni un milímetro de lo que dicen las leyes y la Constitución; nombró Sánchez Fiscal General a una ministra de Justicia, miembro del TC a un exministro de Justicia y presidenta del Consejo de Estado a una exministra de Trabajo.
Lo más sangrante ahora ha sido la elección de Félix Bolaños como nuevo ministro de Justicia, además de mantenerse como ministro de Presidencia, que lleva aparejada las relaciones con las Cortes. Es decir, con atribuciones en el Ejecutivo, en el Legislativo y en el Judicial, porque tendrá poder para controlar a jueces y a sus asociaciones, aunque será el Consejo quien se ocupe de los nombramientos en los tribunales superiores y audiencias provinciales. Alega Moncloa que ese modelo lo han tomado también gobiernos autonómicos, entre ellos Madrid. No es lo mismo, por cuestiones competenciales. Entre otras razones, el gobierno de Ayuso ha promovido que los nombramientos del TSJM no se hacen a través de la Asamblea regional y por tanto la presidenta no puede influir aunque quisiera.
No se acaba ahí el rodillo monclovita: en las últimas semanas se ha producido un nuevo asalto: el nuevo letrado mayor del Congreso procede directamente del gobierno, de la Subsecretaría del ministerio de Administración Territorial.
Fernando Galindo se ha "estrenado" con buen pie. Si el equipo anterior de letrados determinó que la amnistía no era constitucional, este martes bajo la dirección de Galindo ha dado luz verde para que la Mesa tramite la ley de amnistía porque no ve una "contradicción palmaria" con la Constitución.
Coincide en el día con una decisión del Tribunal Supremo que anula el ascenso de Dolores Delgado a Fiscal de Sala, que venía avalada por el Fiscal General. Decisión que se produce el mismo día que Bolaños tomaba posesión como ministro de Justicia.
Todo un toque de atención a Sánchez, que no tendrá tan fácil doblegar a los jueces en su lucha por mantener su independencia. Los tribunales no son tan fáciles de domar como los diputados socialistas que aceptan sin pestañear acuerdos pactados con partidos inconstitucionalistas.