La permanencia se acerca, Diego Esteban se aleja

M. A. G-S.
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La SDL frena a un Nàstic sin ideas en un duelo en el que los riojanos perdieron por lesión a la media hora a su jugador más desequilibrante

Diego Esteban. antes de ser sustituido. - Foto: SD Logroñés

Ficha técnica:

Nàstic de Tarragona: Manu García; Pol Domingo, Josema, Quintanilla, Marc Fernández (Marc Álvarez, 76); Montes Arce (Montilla, 82), Gorostidi (Simón, 76), Pedro del Campo (Marc Montalvo, 62), Aarón Rey (Adry Escudero, 82); Guillermo y Joan Oriol.

SDL: Jero; Monroy, Monreal, Víctor Ruiz, Jaime Paredes; Sarriegi (Borja Martínez, 60), Emilio, Diego Esteban (Alain Ribeiro, 32); Castri (Manny Rodríguez, 60), Unzueta (Madrazo, 85) y Samanes (Asier Córdoba, 60).

Árbitro: Muresán Muresán (colegio valenciano). Amonestó a Víctor Ruiz y al local Quintanilla.

Goles: no hubo.

Incidencias: encuentro disputado en el Nou Estadi de Tarragona ante 4.305 espectadores.

Un punto más cerca del objetivo. No cabe otra lectura del insípido 0-0 perpetrado por Nàstic y Sociedad Deportiva Logroñés. Si el estreno de Iñaki Alonso no cambió la gris tesitura de los granas, la lesión de Diego Esteban, a la media hora, fue la peor noticia para los riojanos.  Sin el '10' sobre el campo, apostaron por evitar riesgos ante un Nàstic muy plano. Las dos escuadras suman 27 unidades, con la diferencia de goles decantada para los catalanes. 

Está por ver el alcance de la lesión de Diego Esteban, posiblemente el jugador más desequilibrante en una obra coral que supera el ecuador liguero con la meta a su alcance pero consciente que el percance del fantasista logroñés puede alterar su hoja de ruta.

La SDL arrancó,  a los veinte segundos, con un córner pero más allá de ese destello le costó domesticar a un Nàstic que se sintió cómodo sin la pelota. El balón fue riojano aunque sin poder plasmarlo con llegadas claras. Llona dio descanso a Caneda, recuperando el muro defensivo conformado por Monreal y Víctor Ruiz, al tiempo que sentó a Manny Rodríguez, apostando por la contención y la pausa de Paredes, y a Borja Martínez, con Emilio de inicio, movimientos que no desnaturalizaron a un equipo que apostó más por el control que por el vértigo. Este fue omnímodo, con Sarriegi abarcando, él solo, toda la parcela ancha. Aunque el Nàstic estaba atascado, tanto Manu García como Jero eran meros espectadores.

La presión surtió efecto aunque el Nàstic no se descompuso. Una progresión de Pol Domingo, despejada a córner por Monreal, fue el único fogonazo grana. La estrategia, por fortuna, no surtió efecto pues el atribulado cabezazo de Guillermo acabó fuera del arco. La acción dinamizó a los locales que carecían de cicuta. Al ecuador del primer acto no sucedía nada en el Nou Estadi por mucho que Diego Esteban, desde la distancia, buscase una parábola improbable.

Fue su último ramalazo de clase porque, poco después, fue objeto de una torsión involuntaria en el tobillo izquierdo que le obligó a ser sustituido, una baja de peso pues su libertad de movimientos era indetectable por los jugadores granas. La SDL sufrió el golpe pues se vio privada del balón y fue el Nàstic el que se adueñó de las intenciones ofensivas. Marc Fernández probó fortuna con un disparo ajustado mas se encontró con la segura intervención de Jero Lario. Las tornas cambiaron aunque el descanso llegó en auxilio del conjunto de Llona.

En el arranque, el Nàstic intentó dar un paso adelante en un partido plano. Los granas dominaron y la SDL se protegió aunque, con un cabezazo de Monreal tras saque de esquina, intentó sorprender a Manu García. Los riojanos no podían y los tarraconenses no querían aunque, en el 53, en una buena acción de Gorostidi y Marc Fernández que Monroy no pudo desbaratar, Joan Oriol remató elevado. Fue el primer aviso serio y bien elaborado de los catalanes.

La SDL se desentendió del cuero y se vio obligado a perseguirlo. El Nàstic no tenía velocidad, lo único positivo de un encuentro que ya no favorecía a los logroñeses que, además, vieron como Sarriegi, en el 60, tenía que ser sustituido tras sufrir un aparatoso golpe en la nariz. Llona, además, renovó sus alas con Manny Rodríguez y Asier Córdoba, en una declaración de intenciones clara.

Si Borja Martínez ofreció el temple que en él es característico, ni Manny, con menos recorrido que como lateral, ni Asier Córdoba, enla derecha, tuvieron peso específico. El duelo entró en el cuarto de hora final con un juego inane. El Nàstic no sabía. La SDL no se atrevía. Solo a pelota parada podía cambiar la suerte de un encuentro dominado por las cautelas. Los riojanos defendieron mejor que atacaron en un choque que, a medida que se acercaba al noventa, acabó diluyéndose.

Un buen balón de Manny Rodríguez no fue ni controlado ni rematado por Alain , en una buena llegada de los blanquirrojos, impecables en la retaguardia. El encuentro expiró sin que Jero ni Manu García reclamasen protagonismo alguno. El 0-0 sabe bien a una Sociedad Deportiva Logroñés que pese a perder a un faro como Diego Esteban no se desnortó.