El Ayuntamiento de Logroño contratará una asistencia externa que permita valorar el estado del edificio del número 16 de la logroñesa avenida de Navarra. Íñigo López Araquistain, concejal de Arquitectura del Ayuntamiento de Logroño lo define como «un peritaje integral» del inmueble que llegará tras una sucesión de requerimientos y expedientes al no superar la Inspección Técnica de Edificios (ITE) en el año 2015 y ni siquiera realizarla cinco años después. La asistencia externa se contratará a final de año o principios de 2024 con el objetivo de adoptar una decisión al respecto. No existe, a día de hoy, «un expediente oficial de declaración de ruina», confirma el edil logroñés si bien, «sí han llegado peticiones ciudadanas para que se valore» ante «el temor de mayores problemas».
Lo que sí figura ya en los despachos del Consistorio, es una orden para solventar los problemas que arrastra la cubierta y que se acometerá una vez se conozca el resultado del peritaje del inmueble.
Ahora bien, la posible y futura ejecución subsidiaria por parte del Consistorio remitirá posteriormente la factura de la actuación a la comunidad de propietarios. Todo ello después de una extensa sucesión de requerimientos, reiteraciones y expedientes formulados por el Ayuntamiento desde que en diciembre de 2015 el inmueble obtuviera una declaración «desfavorable» tras someterse a la Inspección Técnica de Edificios. Una Inspección que correspondía materializar de nuevo en 2020 y que sencillamente, ni siquiera se contrató.
Ya en abril del año 2018, en una Resolución de Alcaldía firmada por la entonces alcaldesa Cuca Gamarra, el Ayuntamiento dejaba constancia de las deficiencias halladas en el inmueble. Se aludía así a «la acumulación de escombro sobre el falso techo de la planta cuarta» y a la existencia de «humedades en las viviendas» de la misma planta, así como en «el hueco apuntalado de la escalera debido a las filtraciones de agua consecuencia del mal estado de la cubierta».
Evacuación de pluviales. También dejaba constancia la Resolución de Alcaldía de que «la suciedad impide un correcto funcionamiento de la evacuación de aguas pluviales» y «faltaba una bajante en la fachada trasera», entre otras deficiencias. El informe municipal de 2018 achacaba la situación del inmueble a «la falta de mantenimiento» y proponía la «revisión de todos los elementos de la cubierta (estructura y cubrición), de la red de saneamiento y recuperar las condiciones exigibles de seguridad y estanqueidad». Daba un plazo de dos meses para subsanar las deficiencias descritas.
Hay que tener en cuenta que la administración de fincas que gestionaba el edificio dejó de trabajar con la comunidad de propietarios el año pasado y «nadie se ha personado a por la documentación». Todo ello después de que el propio Ayuntamiento se encargara hace tres o cuatro años de apuntalar el portal.
Un apuntalamiento que adquirió un triste protagonismo público tras la denuncia interpuesta por dos menores de edad sobre la presunta violación grupal cometido en uno de los trasteros del 16 de avenida de Navarra. Hechos que siguen pendientes de juicio.