Aunque en el pasado, el entorno rural estaba más vinculado a labores tradicionales y esenciales como lo es la agricultura o la ganadería, hoy en día, cada vez son más las mujeres que apuestan por emprender en diferentes sectores donde la constante innovación y la creatividad es fundamental para avanzar y desarrollar nuevas actividades. 

En La Rioja, el año pasado eran 9.082 hombres y 4.062 las mujeres que se dedicaban al sector agrario, y aunque el número de hombres es mayoritario, son muchas las mujeres que actualmente han optado por comenzar su emprendimiento reinventándose. Este cambio refleja la capacidad de adaptación a los nuevos tiempos, transformando las comunidades y creando negocios que van más allá de lo convencional como la artesanía, la tecnología o el comercio digital. 

Sin embargo, para muchas mujeres llegar hasta aquí no siempre ha resultado fácil ya sea por la desigualdad de género en este entorno rural o por la invisibilización de su labor. Por este motivo hoy, día 15 de octubre se celebra el Día Interncional de las Mujeres Rurales con el fin de darles la visibilidad que se merecen, así como diversas asociaciones que se encargan de esto todos los días. 

FADEMUR. Por este motivo, existen asociaciones como la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (FADEMUR) cuyo objetivo es luchar por la igualdad y el progreso de las mujeres en el medio rural. Asimismo, su presidenta, Mila Díez, destaca que lo que quieren es «frenar el problema de la despoblación y combatir esa discriminación histórica que han sufrido las mujeres a lo largo de los años». Y asegura que es «una barrera para la inclusión donde la desigualdad de género está presente en todas las sociedades».  

Además, gracias a esta asociación las mujeres se pueden apoyar mutuamente porque «es una red, de esas que se hace con el contacto entre las mujeres», indica Díez. Y añade que gracias a la formación se puede detectar posibles problemas, temas más personales de violencia de género, acompañar y buscar ayuda porque «en el contacto en el día a día» es cuando realmente se puede llegar a apreciar. 

De la misma forma, intentan llevar a cabo diversas actividades que puedan servir «a nivel curricular» en el campo y en los pueblos porque «hay muchos tipos de mujeres que dan color al mundo rural». 

Marta Merino - Cerámica
«La actitud y tener algo de suerte y talento es esencial»

Hay momentos en la vida donde solo hace falta estar en el sitio adecuado en el momento adecuado. Esto es lo que le ocurrió a Marta Merino quien encontró su pasión por casualidad o como ella misma indica por «un flechazo». Relata que su empleo anterior no le «apasionaba», pero al quedarse embarazada, «el ritmo de ese trabajo» era «incompatible» con su vida personal. Y aunque nunca había tenido   una vocación por la alfarería, al probar descubrió que era su elemento.

Desde entonces aprendió por sí sola y para cuando se dio cuenta, lo que empezó como una afición, se había convertido en su negocio: 'La sobremesa'. «Hacía platos, cosas funcionales y las llevaba a cocer a una tienda de Logroño», resalta la ceramista, y añade que llegó un momento en el que la propia tienda no podía hacer más por la gran cantidad de piezas que diseñaba. Desde entonces, lleva cinco años colaborando con con Alfarería Antonio Naharro Flores donde  puede seguir creando sus piezas, y a cambio, decora algunos de los encargos que le hacen a  la alfarería, hace actividades y renueva el negocio.

Merino explica que La sobremesa es un negocio online y que trabaja «siempre bajo pedido». Y con el tiempo comprendió la importancia de «la línea editorial» ya que al empezar nunca hacía dos piezas iguales. Ahora tiene colecciones fijas, pero la vajilla se puede personalizar y señala que su entorno natural es lo que le inspira en sus colecciones.    

Y a pesar de que no siempre ha vivido en el mundo rural, ahora le gusta «el ritmo lento». Al principio, quiso montar el negocio desde casa para «avivar la vida en el pueblo», pero «en el mundo de la alfarería, la infraestructura que se requiere es un despropósito», subraya. Por este motivo, se desplaza desde Alesón hasta Navarrete, pero también por el contacto con la gente porque «al final la vida rural es muy solitaria». 

Aunque la alfarera no sabe exactamente cuál es el secreto concreto para que un negocio funcione, considera tres aspectos imprescindibles: «la actitud y tener algo de suerte y talento es esencial». Por ello, anima a quienes quieran vivir en un pueblo y dedicarse a un negocio artesano a que lo intente y combine estos tres factores.

Rikki Nitzkie - Talleres de bioconstrucción
«La bioconstrucción da autosuficiencia»

Aveces cuando menos te lo esperas, descubres un mundo que nunca esperabas explorar y es lo que le sucedió a Rikki Nitzkie que se encontró con la bioconstrucción por casualidad. Nitzkie explica que en su momento, al estar viviendo en «una especie de tienda de campaña muy grade» y necesitar una casa fue cuando descubrió «la construcción con paja». Le pareció un tema tan interesante y le llamó tanto la atención que decidió informarse hasta conseguir construir su hogar. 

A pesar de que Nitzkie levantó su propia casa y para ella fue una experiencia «transformadora», indica que su trabajo «va por temporadas» ya que ahora mismo se dedica a «la formación en bioconstrucción». Aunque cabe destacar que no tiene una compañía constructora propia, en ocasiones, colabora en diferentes proyectos de autoconstrucción, sobre todo en lo relacionado con «los muros de paja y los acabados de arcilla».

Por este motivo, hoy en día se dedica a impartir talleres tanto presenciales como online porque «entre las mujeres hay interés en la bioconstrucción porque da autosuficiencia». Además, expresa que en la carrera de arquitectura apenas se centran en la bioconstrucción, por lo que están trabajando para que gane más espacio en este ámbito.

Finalmente, Nitzkie explica que durante tres años vivió en Logroño, pero se terminó yendo al medio rural, porque a pesar de algunos inconvenientes, se dio cuenta de que «la calidad de vida en el campo es mucho mayor a la de la ciudad» y en su tiempo libre se dedica a cuidar de su casa y de la huerta.

Mari Cruz Torres - Cosmética artesanal
«No es fácil, pero es posible y un sueño hecho realidad»

Descubrir una afición y después dedicarte profesionalmente a ella es una suerte que no muchas personas tienen. No obstante, Mari Cruz Torres descubrió su pasión por la cosmética artesanal y tras mucho trabajo de investigación, estudio de mercado y con la ayuda de un amigo para introducirse en el mundo digital, se lanzó a hacer de su hobby un negocio. Más concretamente un e-commerce bajo el nombre La Despensa del Jabón y situado en el municipio de Castañares de Rioja.

Aunque la Despensa del Jabón cuenta con una pequeña tienda física de muestra, Torres explica que por lo general es a través de la web donde recepcionan pedidos, los preparan para posteriormente darles salida. Además, resalta que únicamente es la materia prima lo que se envía a pequeñas empresas y a particulares con el fin de que cada uno pueda elaborar sus propias cremas y jabones porque «cada vez está más en auge el hazlo tú mismo».

«Todo lo que se consigue aquí es de origen natural totalmente, sin ninguna manipulación, ni tratamiento químico, ni pesticidas», detalla. Y a pesar de que Torres no siempre ha vivido en un medio rural, pero asegura que le encanta y que gracias a la tecnología puede «vivir en un entorno de paz» desde donde sacar adelante su negocio. 

Con el tiempo, afirma que ha aprendido muchas cosas, pero destaca la importancia de aprovechar los medios que están a nuestro alcance: «gracias a las nuevas tecnologías, es posible cualquier cosa en un entorno así». Y asegura que aunque «no es fácil, pero es posible y un sueño hecho realidad».