No ha pasado ni un año desde que Javier Zabala quedó eliminado, en una tarde aciaga en el Adarraga, del Manomanista de Promoción. Sin embargo, a día de hoy, su confianza y su pelota se han multiplicado exponencialmente, lo que ha hecho renovar su contrato con Aspe hasta 2028 y contar, sobre todo con la confianza de su empresa.
Arkaitz Gabirondo, días previos a su debut, le pone el mote de «el pelotari de moda». ¿Cómo lo toma?
(Ríe). No es que tenga gran importancia, pero siempre es bonito que la gente te aprecie. Eso es que estamos haciendo las cosas bien, aunque no le doy muchas vueltas. Yo cada día intento seguir mejorando.
Ha comentado que nota el cariño de la gente, no solo en La Rioja, sino también fuera de las fronteras ¿De qué manera lo siente?
Noto que la afición me anima más, está encima mío y se preocupa más por mí. Siempre, a la hora de jugar, eso te aporta un extra de motivación para salir con más ganas a jugar y hacer las cosas como se debe.
8 de mayo de 2023. ¿Cómo fue para Zabala quedar eliminado del manomanista de Promoción, donde partía como uno de los principales favoritos a la txapela?
No solo fue ese partido. Agirre me remontó días antes. Fueron semanas jodidas, pero me vinieron bien para aprender y hacer un clic en mi cabeza.Tuve a la empresa cerca y lo pude olvidar rápido. Pero me ha servido para preparar las cosas mejor y no dejar nada al azar.
¿Qué le dijo la empresa?
Tuve unos partidos bastante buenos con Martija y Rezusta. Para salir del bache de un partido así viene bien tener partidos de ese nivel.
Ha insistido en que su cambio ha sido mental, ¿qué ha cambiado?
El punto de inflexión fue San Mateo. Enfrentarme a los mejores, en mi casa y con público a mi favor. Tuve partidos buenos, el mejor contra Altuna y Martija, donde más desparpajo y valentía. Luego en la final no estuve bien, de manos tampoco y me perjudicó, pero noté que el barullo y el murmullo de la gente, cuando había pelotas que tenía que entrar pero no entraba. Eso me hizo darle vueltas y me di cuenta que había que entrar al 100% a por las pelotas, que tenía que entrar, que fallar, que al final es lo que la gente quiere. Hay que intentarlo y no parar. Cuando volví en noviembre, sabía que tenía que hacer aciertos y fallos, pero no podía no intentarlo. Las oportunidades me llegaron en un buen momento y no quise desaprovecharlas. Quise ser valiente, para bien o para mal. Y cuando te enfrentas a los grandes y ves que las cosas salen adelante, te das cuenta que tienes que seguir ese camino.
¿Cambió sus hábitos?
Un poquito de cada cosa. Siempre he sido profesional, pero siempre se puede ser un poquito mejor. Los años de madurez te dan esa estabilidad que necesitas. Sí que he cambiado cosas en tema alimentación, sabía que tenía que mejorar físicamente... y al final, la suma de pequeñas cosas hace una gran mejora en su cómputo.
Partido de octavos contra Urrutikoetxea. ¿El Zabala de antes hubiera perdido?
El Zabala de antes las hubiera pasado canutas. Perder o ganar no lo sé, pero sí es diferente del año pasado a este. Lo que sí tengo claro es que contra Elordi hubiera hecho bastantes menos tantos que los que hice.
Contra Mikel y Elordi... ¿qué ha aprendido? ¿Quizás que no todo es pegada?
En estos campeonatos la pegada no vale de nada. El delantero te espera más atrás y te termina atropellando, es todo muy diferente. Se nota mucho la velocidad, es la mayor diferencia entre primera y segunda, la velocidad de la pelota y el alto ritmo de juego. Lo he notado y me estoy aclimatando a ello.
¿Contar con el apoyo de la empresa y el cariño de la gente es un arma de doble filo?
Sí, puede serlo. La presión cuando eres cabeza de cartel es diferente. Y las expectativas que tiene la gente de ti, también hay que cumplirlas. Pero llevo muchos años trabajando muy duro para estar aquí y ahora me ha llegado una oportunidad que no quiero desaprovechar.
¿Este Zabala es más camaleónico que antes?
A la hora de afrontar los partidos, tengo que saber qué tengo que hacer y qué me va a hacer él. Hay que estudiar al rival pero a la vez, confiar en ti y en tus armas. Yo el otro día sabía que, aunque Elordi estuviera delante, si hacía bien las cosas le podía hacer daño. En otros años hubiera estado más a la expectativa de qué me iba a hacer, ahora tengo personalidad, descaro y eso suma en la pelota: tomar la iniciativa.
El sábado, Ezkurdia en el Labrit. Palabras mayores.
Es un grande de la empresa. Tiene muchas batallas. Yo vengo de abajo a ponerlo duro. Él parte como favorito, él es el que más nombre tiene, pero vamos a ponerle las cosas difíciles. El Labrit es un frontón que me gusta mucho, en el que juego agusto y con un ambiente increíble.