Detectadas en La Rioja hasta 466 empresas zombi

R. Muro
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En 2021, justo después de los peores azotes de la pandemia, la Comunidad registraba 333 compañías que sobrevivían a base de financiación externa y ayudas públicas

Vista del polígono El Sequero - Foto: Óscar Solorzano

El número de empresas zombi, compañías que agonizan pero que  se mantienen activos y en muchos casos a base de financiación externa y ayudas públicas, continúa avanzando a pesar de los intentos de la Agencia Tributaria por minimizar su impacto económico. Solo en el ámbito de la Comunidad autónoma de La Rioja sobreviven prácticamente sin recursos 466 compañías, según los datos actualizados a 2023 por la dirección de estudios de Informa Bussines By Data. Suponen casi el 1% de la red empresarial de La Rioja y cuarenta más, en términos absolutos, de las registradas en el mismo estudio de 2022.

En el conjunto nacional, siempre en base a los datos recogidos en el citado estudio, son 48.049 las empresas que se mantienen inactivas. Todo ello teniendo en cuenta que solo en 2022 la Agencia Tributaria revocó el Número de Identificación Fiscal (NIF), y por tanto no pueden operar en el mercado, a nada menos que 850.000 empresas consideradas zombi y entre las que se encontraban firmas con domicilio fiscal en La Rioja. Resta por conocer el listado actualizado por la Agencia Tributaria en este 2023.

El estudio de la filial de la Compañía de Seguro por Cuenta Propia y del estado (CESCE) concreta así que el incremento de estas empresas en estado agónico supera ya el 21% en el conjunto del país a lo largo de los dos últimos años. En el caso de La Rioja, durante el ejercicio 2021 se detectaron 333 firmas zombi, en un momento de especial dureza para la economía empresarial tras los azotes de la pandemia del covid-19. Dicho de otra manera, 133 sociedades empresariales que se han sumado en el plazo de dos años al concepto zombi.

Sin embargo, la situación, tanto en España como en La Rioja, podría arrojar datos más preocupantes si se tiene en cuenta la conceptualización que define el desarrollo del informe. Es decir, el análisis identifica este tipo de compañías como las sociedades cuyo rendimiento económico no es suficiente para cubrir sus gastos financieros. Se trata de empresas tremendamente endeudadas, y en concreto, el informe considera que tienen talcategoría aquellas con una ratio de cobertura de intereses inferior a 1 durante dos años consecutivos y con más de diez años de antigüedad y las compara con empresas de las mismas características. Por tanto, podría haber más entre las sociedades de menos de una década de vida.

Preocupación. En cualquier caso, tal y como sintetiza el análisis de Informa Bussines By Data, las compañías zombi «constituyen una fuente de preocupación porque no son eficientes, y mantenerlas en actividad a través de préstamos bancarios o de ayudas públicas afecta a la productividad general de la economía». 

De hecho, atendiendo al perfil de la empresa zombi proyectado también en el informe, la inmensa mayoría de las compañías son microempresas (83%) y tan solo el 2,83% se enmarcan en grandes dimensiones. Por sectores, construcción, actividad inmobiliaria y comercio aglutinan cerca del cincuenta por ciento de las compañías  que cumplen con los requisitos de inactividad. 

Destaca el estudio de igual forma que, en contra de lo que se podría pensar en una situación heredada en gran medida de los impactos generados por la pandemia, el sector hostelero no figura entre los tipos de empresa más afectados en este sentido. 

Son muchas las voces que abogan por una liquidación anticipada de compañías que respiran gracias exclusivamente a procesos de refinanciación y ayudas como las derivadas de la pandemia o el aplazamiento de procedimientos concursales. Es decir, están abocadas a desparecer pero en su momento se intento evitar su liquidación y que se produjeran despidos en masa que agrabavaran la de por sí mermada economía durante la pandemia pero también en los meses posteriores a los confinamientos.  En muchas de llas, el bache temporal que podía suponer el covid-19 ha supuesto engordar una deuda difícilmente solventable actualmente.

Jaime García-Calzada, presidente de la Federación de mpresas de La Rioja, al margen de la perspectiva que en este sentido puedan proyectar economistas y administraciones públicas, pone el punto de mira «en años de complejidad para las compañías». A su juicio, «en este tiempos, empresas y muchos sectores de actividad han atravesado por una situación difícil y con muchos problemas para seguir adelante, que se agravó a partir de los años de la pandemia».

El máximo dirigente de la patronal riojano considera igualmente que «es importante el mantenimiento de su actividad, poque una empresa que cierra tiene mucho más difícil volver al mercado», señala García-Calzada.