La remodelación de la calle Sagasta comenzará tras las fiestas de San Bernabé, en junio, con lo que la previsión municipal es que estén acabadas para final de año. La Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento de Logroño ha adjudicado este miércoles las obras, a la empresa OCISA, por un importe de 1,2 millones.

Como ha explicado en rueda de prensa la portavoz del equipo de Gobierno municipal, Celia Sanz, "el proyecto definitivo de la calle Sagasta fue anunciado en el mes de febrero, donde comenzó el proceso de licitación y ahora, ha finalizado ese proceso".

"Esta remodelación va a suponer intervenciones que, a priori, van a renovar las redes de abastecimiento y alumbrado; van a crear una plataforma de coexistencia donde se dará prioridad a los peatones, que va a ser una plataforma no única, sino que va a ser por tramos; y va a ser también una puerta de entrada entre las calles Ruavieja y Muro de la Mata", ha detallado la portavoz, quien ha añadido que se van a realizar mejoras generales en materia de accesibilidad, informa Europa Press.

Toda esta remodelación, ha recordado, "está también apoyada por fondos europeos", con unos 500.000 euros, "y lo que se prevé es que las obras comiencen aproximadamente después de San Bernabé, de manera que la previsión es que para finales de este año esa obra esté ya finalizada", ha apuntado Celia Sanz.

Para llevarla a cabo, la Junta de Gobierno Local ha adjudicado el contrato de ejecución de las obras a la empresa Obras de Construcción e Instalaciones, S.A. por un importe de 1.201.856,49 euros (IVA incluido), lo que supone una baja de un 8,20% sobre el presupuesto de licitación, que fue de 1,3 millones de euros, con cinco meses de plazo de ejecución.

La adjudicación, según figura en el acuerdo adoptado, se ha realizado a esta oferta "que destaca por la mayor precisión en el detalle de la forma de realizar los trabajos, identificando las afecciones y las medidas para minimizarlas, además de profundizar en la identificación de los condicionantes de la obra que concidionan la planificación temporal de la misma y el proeceso constructivo, detallando adecuadamente una propuesta de fases de ejecución".

Adicionalmente, añade, "logra minimizar en mayor grado las afecciones del entorno, tanto por la organización de las franjas o zonas de trabajo diferenciadas de la zona de itinerarios peatonales y de vehículos, así como su propuesta para los accesos al tráfico rodado y de peatones, accesos de servicios de emergencias, Camino de Santiago, instalaciones de obra y zonas de carga y descarga".

El proyecto, al detalle.

El proyecto se caracteriza, en primer lugar, como se destacó en la presentación del plan definitivo el pasado mes de febrero, "por una plataforma de coexistencia por tramos en la que la prioridad será del peatón".

Así, habrá un tramo importante de plataforma única comprendido entre las calles Carnicerías -"una calle con tráfico limitado"- y Hermanos Moroy -"muy usada ya peatonalmente"-, "dejando en el centro la calle Portales", con prioridad peatonal y velocidad máxima limitada a 20 km/h, con diferente pavimento entre las zonas de tráfico con circulación en doble sentido y las zonas exclusivas del peatón.

A ello se sumará "otro aspecto destacado, que será la previsión de colocar elementos de protección, bolardos y jardineras colgantes para proteger los umbrales de los portales de los aparcamientos indebidos junto a fachadas, como un elemento más para dar seguridad a los peatones".

Por otro lado, la ejecución de pasos elevados en las primeras intersecciones de los accesos norte y sur a la calle, es decir, con las calles Ruavieja -el Camino de Santiago-, y Muro de la Mata, en lo que se consideran como "puertas de entrada", será otro de los elementos destacados en la intervención.

Este tipo de elemento físico "insta a que los vehículos entren a velocidad reducida y actúa como 'recordatorio' tanto físico como visual de que los vehículos acceden a una zona singular en la que no se circula como en las vías tradicionales".

También en estas intersecciones se diferenciará el pavimento de la zona permitida de circulación de vehículos de la que es únicamente para peatones. Y como medidas añadidas a las de control de velocidad, "el proyecto contempla también la colocación de cámaras y radares pedagógicos, con caras sonriente y enfadada, en los accesos en ambos sentidos".

Especial referencia se da en el proyecto al paso por la calle Sagasta por el Camino de Santiago, "que ahora pasa casi desapercibido" en la calle Ruavieja, y que se prevé destacar con señalética especial, además de la prioridad peatonal.

Igualmente, se van a renovar los servicios de la zona. En lo que respecta a las redes de abastecimiento y a las acometidas domiciliarias, se sustituirán 420 metros de instalaciones de fibrocemento por nuevas canalizaciones de tubería de fundición; y en la red de saneamiento se renovarán las recogidas de aguas de escorrentía superficial y un pequeño tramo soterrado en la zona próxima a Ruavieja.

En el apartado de alumbrado público, el proyecto contempla también el cambio de las luminarias a tecnología LED, "manteniendo desde el punto de vista estético las farolas existentes, que son en su mayoría tipo apliques". Se eliminarán además los cruces de calzada aéreos de cables de telecomunicaciones y para incorporar nueva canalización de la red de energía eléctrica que se encuentra enterrada en la calle.

Por último, se harán "mejoras importantes" en materia de accesibilidad. Por un lado, "el tramo de la calle Sagasta entre las calles Carnicerías y Marqués de San Nicolás verá ampliada la anchura de sus aceras hasta garantizar las dimensiones mínimas que marca la normativa de accesibilidad, que es un ancho de 1,80 metros".

También, "los pasos de peatones existentes se adecuarán a la normativa actual, colocando pavimentos direccionales que garanticen la advertencia de su presencia para personas con dificultades visuales" y se renovará la capa superficial de asfaltado en el resto de la calle, "realizando saneos puntuales del firme en aquellas zonas que sea necesario".